/ martes 15 de junio de 2021

Grupo Constructor Industrial Oil & Gas

Está anotado el nombre de Juan Carlos Tapia en una de las paredes de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que encabeza Santiago Nieto Castillo. Se encuentra marcado en un pizarrón, entre las redes de trazos que se siguen para determinar si utiliza algún esquema de lavado de dinero que se pueda descifrar y relacionar con movimientos de capital de altos funcionarios y empresarios.

µPoco se escribía en los medios de Construcciones Industriales Tapia, hasta el sexenio pasado, cuando comenzaron a sobresalir en varios negocios con Petróleos Mexicanos, principalmente, en la era de Emilio Lozoya Austin. Querían mantener un perfil discreto. Pero trataron de reducir al mínimo sus huellas con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder, aunque eso no evitó que la Secretaría de la Función Pública (SFP), de Irma Eréndira Sandoval, le pidiera a todas las empresas productivas del estado abiertamente no hacer negocios con ellos.

La empresa que fundó Juan Carlos Tapia presumía hasta hace poco contar con más de 20 años de experiencia en la industria metal-mecánica, y que incluso era una de las 25 mejores empresas de construcción del país. Podrá ser una de las mejores empresas, pero este personaje está bajo investigación del gobierno de México desde que llegó la 4T, por presuntos actos de corrupción en contrataciones públicas. Hay mucho por encontrar.

Esta empresa con sede en Hidalgo arrastra en sus archivos y recibos desarrollos de proyectos para la CFE, además de clientes privados de la talla de Omnilife, de Vergara, y AHMSA, del empresario detenido en España y luego liberado sin muchas explicaciones, Alonso Ancira. Así como con diversos gobiernos estatales y municipales. Tapia y su equipo además presumían en corto haber participado en proyectos para cinco de las seis refinerías mexicanas.

Juan Carlos Tapia hoy trata de regresar a los negocios y desprenderse de esa percepción pública de gran amistad con Emilio Lozoya Austin. Y quiere regresar como desligado de todo rastro del pasado, tal y como hacen algunas farmacéuticas castigadas: cambiando el nombre y logotipo de su compañía. Construcciones Industriales Tapia hoy se presenta como Grupo Constructor Industrial Oil & Gas, o más discretamente: GCI.

Entre funcionarios de Petróleos Mexicanos se comenta que ya busca contratos en Dos Bocas, en el Tren Maya y hasta con los de la Sedena, en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, al igual que en el Corredor Multimodal del Istmo de Tehuantepec. Todo ello, con su nueva imagen, como GCI. Habrá que revisar en las licitaciones y adjudicaciones directas si los responsables de los megaproyectos de la 4T, como Rocío Nahle y Rogelio Jiménez Pons, han entregado contratos a empresas de este tipo, que parece se disfrazan para participar en grandes negocios. ¿Será ingenuidad o la naturaleza misma de los negocios en la cuarta transformación?

hiroshi@oem.com.mx


La empresa que fundó Juan Carlos Tapia presumía hasta hace poco contar con más de 20 años de experiencia en la industria metalmecánica.

Está anotado el nombre de Juan Carlos Tapia en una de las paredes de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), que encabeza Santiago Nieto Castillo. Se encuentra marcado en un pizarrón, entre las redes de trazos que se siguen para determinar si utiliza algún esquema de lavado de dinero que se pueda descifrar y relacionar con movimientos de capital de altos funcionarios y empresarios.

µPoco se escribía en los medios de Construcciones Industriales Tapia, hasta el sexenio pasado, cuando comenzaron a sobresalir en varios negocios con Petróleos Mexicanos, principalmente, en la era de Emilio Lozoya Austin. Querían mantener un perfil discreto. Pero trataron de reducir al mínimo sus huellas con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder, aunque eso no evitó que la Secretaría de la Función Pública (SFP), de Irma Eréndira Sandoval, le pidiera a todas las empresas productivas del estado abiertamente no hacer negocios con ellos.

La empresa que fundó Juan Carlos Tapia presumía hasta hace poco contar con más de 20 años de experiencia en la industria metal-mecánica, y que incluso era una de las 25 mejores empresas de construcción del país. Podrá ser una de las mejores empresas, pero este personaje está bajo investigación del gobierno de México desde que llegó la 4T, por presuntos actos de corrupción en contrataciones públicas. Hay mucho por encontrar.

Esta empresa con sede en Hidalgo arrastra en sus archivos y recibos desarrollos de proyectos para la CFE, además de clientes privados de la talla de Omnilife, de Vergara, y AHMSA, del empresario detenido en España y luego liberado sin muchas explicaciones, Alonso Ancira. Así como con diversos gobiernos estatales y municipales. Tapia y su equipo además presumían en corto haber participado en proyectos para cinco de las seis refinerías mexicanas.

Juan Carlos Tapia hoy trata de regresar a los negocios y desprenderse de esa percepción pública de gran amistad con Emilio Lozoya Austin. Y quiere regresar como desligado de todo rastro del pasado, tal y como hacen algunas farmacéuticas castigadas: cambiando el nombre y logotipo de su compañía. Construcciones Industriales Tapia hoy se presenta como Grupo Constructor Industrial Oil & Gas, o más discretamente: GCI.

Entre funcionarios de Petróleos Mexicanos se comenta que ya busca contratos en Dos Bocas, en el Tren Maya y hasta con los de la Sedena, en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, al igual que en el Corredor Multimodal del Istmo de Tehuantepec. Todo ello, con su nueva imagen, como GCI. Habrá que revisar en las licitaciones y adjudicaciones directas si los responsables de los megaproyectos de la 4T, como Rocío Nahle y Rogelio Jiménez Pons, han entregado contratos a empresas de este tipo, que parece se disfrazan para participar en grandes negocios. ¿Será ingenuidad o la naturaleza misma de los negocios en la cuarta transformación?

hiroshi@oem.com.mx


La empresa que fundó Juan Carlos Tapia presumía hasta hace poco contar con más de 20 años de experiencia en la industria metalmecánica.