/ viernes 13 de noviembre de 2020

Gengis Khan, conquistador de medio mundo oriental

Célebre por sus hazañas guerreras, Gengis Khan fue el fundador del Imperio Mongol, que llegó a dominar grandes imperios del mundo oriental, desde el Mar de China hasta las puertas de Europa, así como parte de Rusia hasta la frontera de la India.

No se tiene fecha exacta de su nacimiento, pero se estima fue hacia el año 1167 en territorio de la actual Mongolia oriental, siendo su nombre original Temudjin, que significa “el mejor de hierro”.

Su padre, Yasugay, inició la expansión política y territorial del pueblo mongol cuando su hijo era niño, reuniendo bajo su autoridad a diversos clanes. Sin embargo, fue asesinado por sus enemigos en 1176 y con ello se disolvió la unión de tribus, por lo que su familia tuvo que huir del entorno.

Sin embargo, la madre de Temudjin, Oulon-Eke, logró sobreponerse a las intrigas de sus opositores y consolidar el poder de su hijo, quien decidió continuar la obra de su padre.

Los mongoles ya eran identificados por el Imperio Chino desde el siglo VIII, identificándolos como una tribu aguerrida de la estepa oriental de la actual Mongolia, confundida frecuentemente con la de los tártaros, que también habitaban por esa región.

Temudjin era un hombre de carácter enérgico, valiente, inteligente y astuto, que en ocasiones obraba con crueldad excesiva. Al comienzo de sus campañas guerreras se alió con Ongkhan, príncipe de los keraitas, y juntos obtuvieron su primera victoria de importancia, al derrotar a la tribu turco-tártara de los markitas, a finales del siglo XII.

Las hordas de Temudjin contaban con caballería muy ágil y buenos arqueros, que atacaban por sorpresa y con mucha rapidez. Se organizaban en grupos de diez hombres a caballo, con la obligación de combatir unidos y de prestarse ayuda mutua.

Cada diez decenas tenían como jefe a un capitán, los que obedecían a su vez a los orkones, lugartenientes directos del emperador. Las hordas estaban constituidas por diez mil hombres y la totalidad del ejército era de caballería; cada jinete llevaba varios caballos de repuesto. El botín de cada saqueo se consideraba legal y ello les permitía obtener lo necesario para su vida en los pueblos conquistados. Cada mongol tenía derecho a conservar su botín de guerra, previa entrega de una parte para el emperador.

Los mongoles se convirtieron en una amenaza, por lo que los tártaros y los turco-mongoles se unieron para combatirlos durante cuatro años, pero en 1202 Temudjin obtuvo una victoria aparentemente definitiva, ya que sobrevino una lucha entre los dos principales jefes, siendo Ongkhan el que resultara derrotado en 1203 y asesinado un año más tarde, a la vez que se conquistaban nuevas tribus.

En una asamblea de jefes mongoles en 1206 y con el fin de obtener el reconocimiento total de sus súbditos, Temudjin, cambió su nombre por el de Gengis Khan, que significa “emperador de todos los hombres”, a la vez que proponía a los dirigentes de todas sus hordas la conquista de todo el mundo, o sea más allá de sus límites.

Hacia 1211 los mongoles ya habían sometido a sus dominios a varias naciones asiáticas, hasta llegar a Turkestán. Para entonces los mongoles se consideraban vasallos del Imperio Chino, sin embargo Gengis Khan se propuso conquistar “El Imperio Celeste”, aprovechando la decadencia de la dinastía Song. Cruzó con sus ejércitos la gran Muralla y llegó hasta Pekin, misma que rindió en 1215, prolongándose dicho dominio hasta 1222.

Los mongoles se lanzaron contra el poder islámico, siendo arrasada Samarkanda y de esa forma se abrió la entrada al Cercano Oriente. Gengis Khan llegó hasta la frontera de la India en 1224, en tanto otros generales seguían hasta Persia, y otros penetraban a Rusia, a través del Cáucaso.

Gengis Khan murió en 1227 sin haber realizado todos sus proyectos. Sus hijos Tchagatay, Ogoday y Tuluy, así como su nieto Batu, se dividieron el imperio, manteniendo el espíritu de las conquistas. Quedó un gobierno imperial inspirado en el modelo chino, cuya organización siguió bajo Jeliu Kutsai, antiguo y fiel colaborador del Gran Mongol.

¡Hasta la próxima!

Célebre por sus hazañas guerreras, Gengis Khan fue el fundador del Imperio Mongol, que llegó a dominar grandes imperios del mundo oriental, desde el Mar de China hasta las puertas de Europa, así como parte de Rusia hasta la frontera de la India.

No se tiene fecha exacta de su nacimiento, pero se estima fue hacia el año 1167 en territorio de la actual Mongolia oriental, siendo su nombre original Temudjin, que significa “el mejor de hierro”.

Su padre, Yasugay, inició la expansión política y territorial del pueblo mongol cuando su hijo era niño, reuniendo bajo su autoridad a diversos clanes. Sin embargo, fue asesinado por sus enemigos en 1176 y con ello se disolvió la unión de tribus, por lo que su familia tuvo que huir del entorno.

Sin embargo, la madre de Temudjin, Oulon-Eke, logró sobreponerse a las intrigas de sus opositores y consolidar el poder de su hijo, quien decidió continuar la obra de su padre.

Los mongoles ya eran identificados por el Imperio Chino desde el siglo VIII, identificándolos como una tribu aguerrida de la estepa oriental de la actual Mongolia, confundida frecuentemente con la de los tártaros, que también habitaban por esa región.

Temudjin era un hombre de carácter enérgico, valiente, inteligente y astuto, que en ocasiones obraba con crueldad excesiva. Al comienzo de sus campañas guerreras se alió con Ongkhan, príncipe de los keraitas, y juntos obtuvieron su primera victoria de importancia, al derrotar a la tribu turco-tártara de los markitas, a finales del siglo XII.

Las hordas de Temudjin contaban con caballería muy ágil y buenos arqueros, que atacaban por sorpresa y con mucha rapidez. Se organizaban en grupos de diez hombres a caballo, con la obligación de combatir unidos y de prestarse ayuda mutua.

Cada diez decenas tenían como jefe a un capitán, los que obedecían a su vez a los orkones, lugartenientes directos del emperador. Las hordas estaban constituidas por diez mil hombres y la totalidad del ejército era de caballería; cada jinete llevaba varios caballos de repuesto. El botín de cada saqueo se consideraba legal y ello les permitía obtener lo necesario para su vida en los pueblos conquistados. Cada mongol tenía derecho a conservar su botín de guerra, previa entrega de una parte para el emperador.

Los mongoles se convirtieron en una amenaza, por lo que los tártaros y los turco-mongoles se unieron para combatirlos durante cuatro años, pero en 1202 Temudjin obtuvo una victoria aparentemente definitiva, ya que sobrevino una lucha entre los dos principales jefes, siendo Ongkhan el que resultara derrotado en 1203 y asesinado un año más tarde, a la vez que se conquistaban nuevas tribus.

En una asamblea de jefes mongoles en 1206 y con el fin de obtener el reconocimiento total de sus súbditos, Temudjin, cambió su nombre por el de Gengis Khan, que significa “emperador de todos los hombres”, a la vez que proponía a los dirigentes de todas sus hordas la conquista de todo el mundo, o sea más allá de sus límites.

Hacia 1211 los mongoles ya habían sometido a sus dominios a varias naciones asiáticas, hasta llegar a Turkestán. Para entonces los mongoles se consideraban vasallos del Imperio Chino, sin embargo Gengis Khan se propuso conquistar “El Imperio Celeste”, aprovechando la decadencia de la dinastía Song. Cruzó con sus ejércitos la gran Muralla y llegó hasta Pekin, misma que rindió en 1215, prolongándose dicho dominio hasta 1222.

Los mongoles se lanzaron contra el poder islámico, siendo arrasada Samarkanda y de esa forma se abrió la entrada al Cercano Oriente. Gengis Khan llegó hasta la frontera de la India en 1224, en tanto otros generales seguían hasta Persia, y otros penetraban a Rusia, a través del Cáucaso.

Gengis Khan murió en 1227 sin haber realizado todos sus proyectos. Sus hijos Tchagatay, Ogoday y Tuluy, así como su nieto Batu, se dividieron el imperio, manteniendo el espíritu de las conquistas. Quedó un gobierno imperial inspirado en el modelo chino, cuya organización siguió bajo Jeliu Kutsai, antiguo y fiel colaborador del Gran Mongol.

¡Hasta la próxima!