/ domingo 22 de agosto de 2021

Fuerza IMSS

Cuando hablamos de salud mental nos referimos al "equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural que los rodea; [y que] incluye el bienestar emocional, psíquico y social e influye en cómo piensa, siente, actúa y reacciona una persona en momentos de estrés".

La anterior definición nos la proporciona el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el portal Gobierno de México, donde nos dice también que la salud mental puede ser afectada por la inseguridad, la desesperanza, el rápido cambio social, los riesgos de violencia y los problemas que afectan la salud pública.

Hace algunos meses, junto con la periodista Gloria Segura Rodríguez, egresada de la Universidad de Guadalajara, escribimos un reportaje para Noticias El Sol de La Laguna, sin imaginar que la nueva ola del Covid-19, acompañada de vertientes todavía más peligrosas, volvería a poner sobre la mesa este tema que, en mi opinión, debe ser atendido más y mejor por los expertos en la materia y por las autoridades de gobierno.

Hoy, en mi columna de opinión que escribo para este y otros medios informativos, decidí ocuparme del tema nuevamente, esto debido al reciente anuncio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el sentido de que “60% de la población sufre ansiedad o depresión en las Américas”. La directora de dicho organismo, Carissa F. Etienne, advirtió al tiempo de exhortar a los países de la región a aumentar la inversión en programas de salud mental: “Hoy nos enfrentamos a una crisis de salud mental que, si no se aborda, tendrá graves consecuencias”.

El problema, como bien sabemos, afecta a jóvenes y niños de ambos sexos, así como a la población en general, sobre todo aquellos que tienen lazos afectivos o familiares con las personas que han sido afectadas de algún modo por el virus o por cuyo bienestar se teme. Sin embargo, me referiré a continuación a los profesionales de la salud, encargados de la atención de pacientes afectados por el Covid-19, que son quienes viven la fatiga y el impacto emocional que la atención a dicha enfermedad conlleva. La doctora Reyna Martínez, que de la mano de otros investigadores y especialistas en Psicología lanzó la plataforma digital Personal Salud COVID, declaró a Expansión Política respecto al tema que nos ocupa: “Desde el inicio de la pandemia, uno de los grupos más afectados fue el de los trabajadores de la salud […]. Algo que se ha visto en este periodo es que el personal médico sufre niveles altos de estrés postraumático, problemas de insomnio y hasta consumo de sustancias, explicó al mencionado medio la investigadora de la Universidad de Guadalajara.

En un texto de Rodrigo Rojas, publicado en Saludiario, el medio para médicos, se señala que “desde el inicio de la pandemia de Covid-19 se han incrementado los niveles de frustración, desesperación y estrés en los médicos del IMSS”. Y es que “observar tanta tristeza también afecta a nivel emocional”, refiere el texto en cuestión, que nos habla también de Fuerza IMSS, un nuevo programa del Instituto Mexicano del Seguro Social, que “tiene como objetivo proporcionar herramientas psicoeducativas a las y los trabajadores para su fortalecimiento emocional y psicológico”.

La noticia es buena para los trabajadores de la salud, si tomamos en cuenta que el programa puede contribuir a disminuir los niveles de miedo, frustración, enojo, desesperación, irritabilidad, estrés, ansiedad y depresión, que entre el personal médico lamentablemente se han elevado. Rodrigo Rojas, al tiempo de explicar que “Fuerza IMSS proporciona alternativas psicoeducativas en los 55 Centros de Capacitación y Calidad del Sistema Centros del SNTSS a nivel nacional”, nos dice que “hasta ahora suman poco más de 10 mil 200 trabajadores del IMSS los que han participado en 828 talleres de atención a problemas emocionales generados por la pandemia”.

Ojalá que programas de este tipo se pongan en marcha en todo México, para beneficio de los médicos en general, sobre todo de aquellos que están en el primer frente de batalla contra Covid-19. Me refiero a doctores, enfermeras y personal técnico que se exponen a ser contagiados, y que son los que viven de cerca el sufrimiento y la tristeza de los pacientes y de sus familiares, una situación que perjudica también su estado de ánimo, además de generar problemas de concentración en el trabajo que el personal médico realiza en beneficio de la población.


Twitter: @armayacastro

Cuando hablamos de salud mental nos referimos al "equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural que los rodea; [y que] incluye el bienestar emocional, psíquico y social e influye en cómo piensa, siente, actúa y reacciona una persona en momentos de estrés".

La anterior definición nos la proporciona el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el portal Gobierno de México, donde nos dice también que la salud mental puede ser afectada por la inseguridad, la desesperanza, el rápido cambio social, los riesgos de violencia y los problemas que afectan la salud pública.

Hace algunos meses, junto con la periodista Gloria Segura Rodríguez, egresada de la Universidad de Guadalajara, escribimos un reportaje para Noticias El Sol de La Laguna, sin imaginar que la nueva ola del Covid-19, acompañada de vertientes todavía más peligrosas, volvería a poner sobre la mesa este tema que, en mi opinión, debe ser atendido más y mejor por los expertos en la materia y por las autoridades de gobierno.

Hoy, en mi columna de opinión que escribo para este y otros medios informativos, decidí ocuparme del tema nuevamente, esto debido al reciente anuncio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el sentido de que “60% de la población sufre ansiedad o depresión en las Américas”. La directora de dicho organismo, Carissa F. Etienne, advirtió al tiempo de exhortar a los países de la región a aumentar la inversión en programas de salud mental: “Hoy nos enfrentamos a una crisis de salud mental que, si no se aborda, tendrá graves consecuencias”.

El problema, como bien sabemos, afecta a jóvenes y niños de ambos sexos, así como a la población en general, sobre todo aquellos que tienen lazos afectivos o familiares con las personas que han sido afectadas de algún modo por el virus o por cuyo bienestar se teme. Sin embargo, me referiré a continuación a los profesionales de la salud, encargados de la atención de pacientes afectados por el Covid-19, que son quienes viven la fatiga y el impacto emocional que la atención a dicha enfermedad conlleva. La doctora Reyna Martínez, que de la mano de otros investigadores y especialistas en Psicología lanzó la plataforma digital Personal Salud COVID, declaró a Expansión Política respecto al tema que nos ocupa: “Desde el inicio de la pandemia, uno de los grupos más afectados fue el de los trabajadores de la salud […]. Algo que se ha visto en este periodo es que el personal médico sufre niveles altos de estrés postraumático, problemas de insomnio y hasta consumo de sustancias, explicó al mencionado medio la investigadora de la Universidad de Guadalajara.

En un texto de Rodrigo Rojas, publicado en Saludiario, el medio para médicos, se señala que “desde el inicio de la pandemia de Covid-19 se han incrementado los niveles de frustración, desesperación y estrés en los médicos del IMSS”. Y es que “observar tanta tristeza también afecta a nivel emocional”, refiere el texto en cuestión, que nos habla también de Fuerza IMSS, un nuevo programa del Instituto Mexicano del Seguro Social, que “tiene como objetivo proporcionar herramientas psicoeducativas a las y los trabajadores para su fortalecimiento emocional y psicológico”.

La noticia es buena para los trabajadores de la salud, si tomamos en cuenta que el programa puede contribuir a disminuir los niveles de miedo, frustración, enojo, desesperación, irritabilidad, estrés, ansiedad y depresión, que entre el personal médico lamentablemente se han elevado. Rodrigo Rojas, al tiempo de explicar que “Fuerza IMSS proporciona alternativas psicoeducativas en los 55 Centros de Capacitación y Calidad del Sistema Centros del SNTSS a nivel nacional”, nos dice que “hasta ahora suman poco más de 10 mil 200 trabajadores del IMSS los que han participado en 828 talleres de atención a problemas emocionales generados por la pandemia”.

Ojalá que programas de este tipo se pongan en marcha en todo México, para beneficio de los médicos en general, sobre todo de aquellos que están en el primer frente de batalla contra Covid-19. Me refiero a doctores, enfermeras y personal técnico que se exponen a ser contagiados, y que son los que viven de cerca el sufrimiento y la tristeza de los pacientes y de sus familiares, una situación que perjudica también su estado de ánimo, además de generar problemas de concentración en el trabajo que el personal médico realiza en beneficio de la población.


Twitter: @armayacastro