/ domingo 14 de febrero de 2021

Es mejor prevenir que lamentar

Algunos textos señalan que el cubrebocas fue creado en el siglo XIX, para proteger a los pacientes de las infecciones provocadas por gotitas de saliva de los cirujanos. Los nombres con que también se le conoce son mascarilla, tapabocas, barbijo, nasobuco, entre otros.

En el contexto de la Covid-19, su uso se ha convertido en una necesidad a nivel global para evitar contagiar y ser contagiados, aunque todavía hay personas que se niegan a usarlo, lo mismo en México que en los demás países del mundo.

En 2009, cuando irrumpió la pandemia influenza A subtipo H1N1, el uso del cubrebocas generó versiones encontradas, incluso entre los expertos. En la actual pandemia ha sucedido exactamente lo mismo, aunque la mayoría de los expertos coinciden al señalar que el artefacto sí proporciona un alto grado de seguridad a nuestra salud.

Algunas personas se colocan el cubrebocas en forma inapropiada, cubriendo sólo la boca y dejando la nariz al descubierto; otros lo utilizan no por convicción, sino por temor a ser sancionados por las autoridades, o para poder ingresar a farmacias y establecimientos comerciales a realizar compras, pues, sin ellos, no los dejan entrar. Es la clase de gente que no lo usa en todo lugar y tiempo.

Hay quienes lo utilizan bien, pero no les sirve de mucho debido a que la incomodidad que produce el mencionado implemento de bioseguridad los lleva a tocarse frecuentemente la cara y los ojos para acomodárselo, aumentando con ello las probabilidades de contagio.

En Chihuahua se expidió la Ley que Regula el Uso Obligatorio de Cubrebocas, en la que se establecen sanciones para quienes no lo usan. En Nuevo León existe una propuesta de ley que reformará el artículo 119 del código de Ley de Salud del Estado: "Durante el tiempo que permanezca la emergencia sanitaria declarada por la autoridad competente, provocada por una enfermedad contagiosa, la autoridad sanitaria podrá declarar obligatorio el uso del cubreboca para todas las personas, excepto para los menores de 2 años, y permanecerá vigente hasta que la misma autoridad declare oficialmente su conclusión", dicta dicha ley en el artículo 129. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a las autoridades de salud de todos los países a imponer la medida como ineludible.

Hay cubrebocas de diversos modelos y materiales, con válvulas y sin ellas; los primeros fueron desaconsejados por la OMS, porque quien está contagiado puede estar expulsando a través de la válvula aerosoles infectados, explican funcionarios del organismo especializado de las Naciones Unidas, fundado en 1948.

Es importante usarlo siempre y de manera correcta, pues su uso evitará, entre otras cosas, que se colapsen los hospitales, como ha sucedido ya en algunas regiones del mundo. Algunos no creen en la existencia del virus, y van de un lugar a otro sin cubrebocas, sin protegerse y sin proteger a los demás. Cuando se dan cuenta de su importancia es porque la enfermedad los alcanzó, y entonces es demasiado tarde.

Esta incredulidad supera por mucho la que se atribuye a Tomás, que no fue incrédulo en lo general ni de manera permanente, sino solo respecto a la resurrección corporal de Cristo y por corto tiempo, lo que lo llevó a decir: “Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré”.

Los incrédulos del Covid-19 no creen ni viendo tanta enfermedad y muerte a su alrededor. La influencer brasileña, Ygona Moura, tampoco creía, se burlaba de la enfermedad y llegó a incitar a sus seguidores de no hacer caso de las medidas sanitarias. Lamentablemente, a finales de enero pasado dejó de existir tras permanecer hospitalizada dos semanas a causa del Covid-19.

Los cubrebocas solos no son suficientes; deben utilizarse acompañados de otras medidas: distanciamiento físico, ventilación correcta de las habitaciones y lavado constante de manos, así como evitar aglomeraciones y cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo al toser o estornudar.

Prevenir será siempre mejor que lamentar, y sobre todo si se trata de un tiempo tan peligroso en materia de salud como el actual, con un virus mortal y altamente contagioso. Ojalá actuemos con responsabilidad y evitemos mediante el uso del cubrebocas una mayor propagación del virus. Si no queremos más dolor en este mundo, usémoslo y no coloquemos en riesgo la salud de familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y personas desconocidas.


Twitter: @armayacastro


Algunos textos señalan que el cubrebocas fue creado en el siglo XIX, para proteger a los pacientes de las infecciones provocadas por gotitas de saliva de los cirujanos. Los nombres con que también se le conoce son mascarilla, tapabocas, barbijo, nasobuco, entre otros.

En el contexto de la Covid-19, su uso se ha convertido en una necesidad a nivel global para evitar contagiar y ser contagiados, aunque todavía hay personas que se niegan a usarlo, lo mismo en México que en los demás países del mundo.

En 2009, cuando irrumpió la pandemia influenza A subtipo H1N1, el uso del cubrebocas generó versiones encontradas, incluso entre los expertos. En la actual pandemia ha sucedido exactamente lo mismo, aunque la mayoría de los expertos coinciden al señalar que el artefacto sí proporciona un alto grado de seguridad a nuestra salud.

Algunas personas se colocan el cubrebocas en forma inapropiada, cubriendo sólo la boca y dejando la nariz al descubierto; otros lo utilizan no por convicción, sino por temor a ser sancionados por las autoridades, o para poder ingresar a farmacias y establecimientos comerciales a realizar compras, pues, sin ellos, no los dejan entrar. Es la clase de gente que no lo usa en todo lugar y tiempo.

Hay quienes lo utilizan bien, pero no les sirve de mucho debido a que la incomodidad que produce el mencionado implemento de bioseguridad los lleva a tocarse frecuentemente la cara y los ojos para acomodárselo, aumentando con ello las probabilidades de contagio.

En Chihuahua se expidió la Ley que Regula el Uso Obligatorio de Cubrebocas, en la que se establecen sanciones para quienes no lo usan. En Nuevo León existe una propuesta de ley que reformará el artículo 119 del código de Ley de Salud del Estado: "Durante el tiempo que permanezca la emergencia sanitaria declarada por la autoridad competente, provocada por una enfermedad contagiosa, la autoridad sanitaria podrá declarar obligatorio el uso del cubreboca para todas las personas, excepto para los menores de 2 años, y permanecerá vigente hasta que la misma autoridad declare oficialmente su conclusión", dicta dicha ley en el artículo 129. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a las autoridades de salud de todos los países a imponer la medida como ineludible.

Hay cubrebocas de diversos modelos y materiales, con válvulas y sin ellas; los primeros fueron desaconsejados por la OMS, porque quien está contagiado puede estar expulsando a través de la válvula aerosoles infectados, explican funcionarios del organismo especializado de las Naciones Unidas, fundado en 1948.

Es importante usarlo siempre y de manera correcta, pues su uso evitará, entre otras cosas, que se colapsen los hospitales, como ha sucedido ya en algunas regiones del mundo. Algunos no creen en la existencia del virus, y van de un lugar a otro sin cubrebocas, sin protegerse y sin proteger a los demás. Cuando se dan cuenta de su importancia es porque la enfermedad los alcanzó, y entonces es demasiado tarde.

Esta incredulidad supera por mucho la que se atribuye a Tomás, que no fue incrédulo en lo general ni de manera permanente, sino solo respecto a la resurrección corporal de Cristo y por corto tiempo, lo que lo llevó a decir: “Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré”.

Los incrédulos del Covid-19 no creen ni viendo tanta enfermedad y muerte a su alrededor. La influencer brasileña, Ygona Moura, tampoco creía, se burlaba de la enfermedad y llegó a incitar a sus seguidores de no hacer caso de las medidas sanitarias. Lamentablemente, a finales de enero pasado dejó de existir tras permanecer hospitalizada dos semanas a causa del Covid-19.

Los cubrebocas solos no son suficientes; deben utilizarse acompañados de otras medidas: distanciamiento físico, ventilación correcta de las habitaciones y lavado constante de manos, así como evitar aglomeraciones y cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo al toser o estornudar.

Prevenir será siempre mejor que lamentar, y sobre todo si se trata de un tiempo tan peligroso en materia de salud como el actual, con un virus mortal y altamente contagioso. Ojalá actuemos con responsabilidad y evitemos mediante el uso del cubrebocas una mayor propagación del virus. Si no queremos más dolor en este mundo, usémoslo y no coloquemos en riesgo la salud de familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y personas desconocidas.


Twitter: @armayacastro