/ viernes 3 de abril de 2020

Ellos sobrevivieron, nosotros también

Cuando subía el cerro hacia el área ceremonial de La Ferrería, Durango, me imaginé el área hostil en que se desarrolló la cultura Chalchihuites, enmedio de la nada, de la Gran Chichimeca, o Árido América.

Estuvieron en la ruta comercial de Teotihuacan a la cultura anazasi, al norte del gran desierto de Chihuahua, eso es verdad, pero aún así estuvieron muy, muy aislados en el semi desierto desde el siglo VII hasta su desaparición en el siglo XIV...y sin embargo sobrevivieron y crearon una civilización.

Los habitantes de La Ferrería, en la cercanía de Durango capital, tuvieron, siempre, todo en contra y solo el río a su favor, reprodujeron formas culturales del Altiplano, incluido el Juego de Pelota, los centros habitacionales-ceremoniales alrededor de un patio con un pequeño templo al centro y, por supuesto, como en La Quemada, Zacatecas y otros sitios de Árido América, la pirámide como símbolo cultural-científico y artístico.

Ellos tuvieron todo en contra y sobrevivieron.

Estuve en La Ferrería hace unas semanas, también visité la Hacienda y la fundidora con el mismo nombre, en la vecindad del centro prehispánico y pude hacer cuentas, reflexioné un poco y sentí admiración por todas las culturas que nos precedieron y que demostraron que aún en las circunstancias más apremiantes podemos sobrevivir, lo pensé y lo platiqué mientras comía unas deliciosas gorditas en El Pueblito, antes de subir a la presa "Guadalupe Victoria" y comprobar que los adelantos científicos no siempre son producto de la sensatez.

En lugar de aliarnos con la naturaleza, pensé en la cima de La Ferrería mientras disfrutaba de un día con sol y viento previo a la llegada de la primavera, la agredimos y siempre tenemos malos resultados.

Si son admirables las ruinas de ciudades mayas como Palenque o Calakmul, donde se alteraron radicalmente los ecosistemas, son aún más admirables los esfuerzos humanos en territorios donde todo está en contra ... y eso es La Ferrería.

No puedo regresar estos días a la bellísima, imponente y ejemplar La Ferrería, cuando sea posible lo haré, subiré de nuevo hasta la cima y veré el paisaje duranguense desde ahí...se que si ellos pudieron pudieron superar tantas adversidades, también nosotros superaremos esta pandemia.

(Fotos Ángel Reyna)

Cuando subía el cerro hacia el área ceremonial de La Ferrería, Durango, me imaginé el área hostil en que se desarrolló la cultura Chalchihuites, enmedio de la nada, de la Gran Chichimeca, o Árido América.

Estuvieron en la ruta comercial de Teotihuacan a la cultura anazasi, al norte del gran desierto de Chihuahua, eso es verdad, pero aún así estuvieron muy, muy aislados en el semi desierto desde el siglo VII hasta su desaparición en el siglo XIV...y sin embargo sobrevivieron y crearon una civilización.

Los habitantes de La Ferrería, en la cercanía de Durango capital, tuvieron, siempre, todo en contra y solo el río a su favor, reprodujeron formas culturales del Altiplano, incluido el Juego de Pelota, los centros habitacionales-ceremoniales alrededor de un patio con un pequeño templo al centro y, por supuesto, como en La Quemada, Zacatecas y otros sitios de Árido América, la pirámide como símbolo cultural-científico y artístico.

Ellos tuvieron todo en contra y sobrevivieron.

Estuve en La Ferrería hace unas semanas, también visité la Hacienda y la fundidora con el mismo nombre, en la vecindad del centro prehispánico y pude hacer cuentas, reflexioné un poco y sentí admiración por todas las culturas que nos precedieron y que demostraron que aún en las circunstancias más apremiantes podemos sobrevivir, lo pensé y lo platiqué mientras comía unas deliciosas gorditas en El Pueblito, antes de subir a la presa "Guadalupe Victoria" y comprobar que los adelantos científicos no siempre son producto de la sensatez.

En lugar de aliarnos con la naturaleza, pensé en la cima de La Ferrería mientras disfrutaba de un día con sol y viento previo a la llegada de la primavera, la agredimos y siempre tenemos malos resultados.

Si son admirables las ruinas de ciudades mayas como Palenque o Calakmul, donde se alteraron radicalmente los ecosistemas, son aún más admirables los esfuerzos humanos en territorios donde todo está en contra ... y eso es La Ferrería.

No puedo regresar estos días a la bellísima, imponente y ejemplar La Ferrería, cuando sea posible lo haré, subiré de nuevo hasta la cima y veré el paisaje duranguense desde ahí...se que si ellos pudieron pudieron superar tantas adversidades, también nosotros superaremos esta pandemia.

(Fotos Ángel Reyna)