/ jueves 4 de noviembre de 2021

El Padrino | Rehabilitando adictos

“SI TE CAISTE AYER, LEVANTATE HOY”

Recuerdo bien que tenía 17 años, que fue antes de abandonar la escuela en el mes de enero que mi padre me regaló un auto para que me fuera a estudiar y a la tercera semana del recién comenzado 1994 destrocé mi auto contra el muro de contención del Canal del Sacramento iba huyendo de la Policía obviamente bien borracho, en pleno miércoles ombligo de semana y obviamente ese día había asistido a clases en la preparatoria nocturna, horario que elegí porque así convenía a mis intereses etílicos.

Milagrosamente no me pasó nada solo la vergüenza social que pase cuando mis compañeros de estudios inundaron la escuela con los periódicos en los que mi imagen y la de mi auto adornaban la primera plana.

Fue el final de mi carrera estudiantil, por lo menos no volví a ser constante en los estudios hasta hace cercanos 4 años, época en la que termine la preparatoria y comencé la carrera universitaria la cual actualmente estudio y de ahí pa’l real no bien abandoné la escuela y me dediqué de lleno a beber y a drogarme más seguido.

Nadie nos decía nada, mis compañeros de interminables parrandas y yo nos sentíamos invencibles y tal vez las personas también lo creían….

Nadie nos decía nada, yo en lo personal empecé a sentir que al fin estaba viviendo la vida que quería, no tenía reglas, no tenía horarios, no tenía responsabilidades, ahora me doy cuenta que si tenía algo:

Una incipiente enfermedad llamada alcoholismo y la cual ahora sé tiene como principal síntoma el beber alcohol, pero también sé que no es el único síntoma de la enfermedad sino que también conlleva delirios de grandeza, sueños de poderío, orgullo ilimitado basado en nada, pereza, pobreza moral, irresponsabilidad y falta del sentido de pertenencia, por eso el haber encontrado esos amigos que también bebían todos los días y no trabajaban ni tenían ninguna responsabilidad al igual que yo.

Me parecían ideales, me cascaban como anillo al dedo porque me sentía comprendido y apoyado y en parte eso me hacía feliz,

Había juventud y fuerza lo que más tarde supe en un programa de doce pasos se le conoce como la presunción de la juventud a la que me basaba para postergar los actos importantes de mi vida actos que les iré contando a lo largo de esta columna semana tras semana lo espero la próxima querido lector.

Email: transmiteloac@hotmail.com

“SI TE CAISTE AYER, LEVANTATE HOY”

Recuerdo bien que tenía 17 años, que fue antes de abandonar la escuela en el mes de enero que mi padre me regaló un auto para que me fuera a estudiar y a la tercera semana del recién comenzado 1994 destrocé mi auto contra el muro de contención del Canal del Sacramento iba huyendo de la Policía obviamente bien borracho, en pleno miércoles ombligo de semana y obviamente ese día había asistido a clases en la preparatoria nocturna, horario que elegí porque así convenía a mis intereses etílicos.

Milagrosamente no me pasó nada solo la vergüenza social que pase cuando mis compañeros de estudios inundaron la escuela con los periódicos en los que mi imagen y la de mi auto adornaban la primera plana.

Fue el final de mi carrera estudiantil, por lo menos no volví a ser constante en los estudios hasta hace cercanos 4 años, época en la que termine la preparatoria y comencé la carrera universitaria la cual actualmente estudio y de ahí pa’l real no bien abandoné la escuela y me dediqué de lleno a beber y a drogarme más seguido.

Nadie nos decía nada, mis compañeros de interminables parrandas y yo nos sentíamos invencibles y tal vez las personas también lo creían….

Nadie nos decía nada, yo en lo personal empecé a sentir que al fin estaba viviendo la vida que quería, no tenía reglas, no tenía horarios, no tenía responsabilidades, ahora me doy cuenta que si tenía algo:

Una incipiente enfermedad llamada alcoholismo y la cual ahora sé tiene como principal síntoma el beber alcohol, pero también sé que no es el único síntoma de la enfermedad sino que también conlleva delirios de grandeza, sueños de poderío, orgullo ilimitado basado en nada, pereza, pobreza moral, irresponsabilidad y falta del sentido de pertenencia, por eso el haber encontrado esos amigos que también bebían todos los días y no trabajaban ni tenían ninguna responsabilidad al igual que yo.

Me parecían ideales, me cascaban como anillo al dedo porque me sentía comprendido y apoyado y en parte eso me hacía feliz,

Había juventud y fuerza lo que más tarde supe en un programa de doce pasos se le conoce como la presunción de la juventud a la que me basaba para postergar los actos importantes de mi vida actos que les iré contando a lo largo de esta columna semana tras semana lo espero la próxima querido lector.

Email: transmiteloac@hotmail.com