/ miércoles 15 de mayo de 2019

El maestro: Constructor de Futuro

Amigas y amigos, el 15 de mayo celebramos el día del maestro, en honor y reconocimiento a la labor de todas las y los docentes del país que día con día dan su máximo esfuerzo por forjar el futuro de la Nación, un alumno a la vez.

El primer día del maestro en nuestro país fue celebrado en el año de 1918, una vez que fue aprobado por el Congreso de la Unión en octubre de 1917, sin embargo, justo aquí es donde comenzaría la gran lucha magisterial que nos ha permitido tener hoy maestras y maestros a la altura del país.

El movimiento de los maestros tiene un gran tinte democrático, siendo notables las huelgas magisteriales de 1919 y 1927, hasta culminar en la formación de gremios locales a partir de 1932, los cuales avanzaron hacia una consolidación de organismos regionales y, en 1943, en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

La necesidad de sindicalizarse viene de la misma diversidad de la profesión. En aquellos tiempos, existían maestros estatales, federales y hasta municipales, y algunas escuelas tenían serios problemas para cubrir sus necesidades más básicas debido a la falta de participación organizada del Estado en la materia educativa.

Las y los maestros de México fueron, por mucho tiempo, líderes comunitarios. La entrega de los docentes era reconocida por los miembros de la sociedad, y esto se traducía en un respeto inequívoco a la profesión más noble de cualquier sistema; desgraciadamente, la sobre politización de la docencia, y los excesos de algunos liderazgos, han llevado a que este rol se haya perdido en la vida actual.

Hoy, más que nunca, los maestros y maestras de México están obligados a recobrar ese espíritu de entrega y compromiso social. México se encuentra en un punto histórico, en el que estamos obligados a pugnar por el regreso a los valores y a la unidad nacional. Las nuevas generaciones deben de entender que México es de todos, y que, por eso todos, sin importar nuestras diferencias, podemos y debemos de trabajar unidos por nuestro país.

Hoy, conmemorar a los maestros no debe de ser visto simplemente como un asueto, sino como una manera de entender que un buen maestro tiene el poder de convertirse en la influencia más importante de los niños y niñas, y un mal maestro también. Las y los docentes estamos obligados a pensar si en la clase de mañana, pero también a largo plazo, en las generaciones del futuro, que serán las que continúen, corrijan, o pierdan el rumbo del país.

El rol del maestro en México, como en cualquier sociedad, es el de la columna vertebral de la misma. No puede existir comunidad gregaria sin un sistema de transmisión de valores, competencias, cultura y conocimientos, y ese es el rol de nuestras maestras y nuestros maestros. De ese tamaño debe de ser la encomienda, el prestigio, la responsabilidad y la honra.

Mi respeto eterno a mis colegas de la educación. Siempre con la frente en alto, hagamos valer el rol del maestro en nuestro hermoso país.

¡Enhorabuena colegas!

Amigas y amigos, el 15 de mayo celebramos el día del maestro, en honor y reconocimiento a la labor de todas las y los docentes del país que día con día dan su máximo esfuerzo por forjar el futuro de la Nación, un alumno a la vez.

El primer día del maestro en nuestro país fue celebrado en el año de 1918, una vez que fue aprobado por el Congreso de la Unión en octubre de 1917, sin embargo, justo aquí es donde comenzaría la gran lucha magisterial que nos ha permitido tener hoy maestras y maestros a la altura del país.

El movimiento de los maestros tiene un gran tinte democrático, siendo notables las huelgas magisteriales de 1919 y 1927, hasta culminar en la formación de gremios locales a partir de 1932, los cuales avanzaron hacia una consolidación de organismos regionales y, en 1943, en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

La necesidad de sindicalizarse viene de la misma diversidad de la profesión. En aquellos tiempos, existían maestros estatales, federales y hasta municipales, y algunas escuelas tenían serios problemas para cubrir sus necesidades más básicas debido a la falta de participación organizada del Estado en la materia educativa.

Las y los maestros de México fueron, por mucho tiempo, líderes comunitarios. La entrega de los docentes era reconocida por los miembros de la sociedad, y esto se traducía en un respeto inequívoco a la profesión más noble de cualquier sistema; desgraciadamente, la sobre politización de la docencia, y los excesos de algunos liderazgos, han llevado a que este rol se haya perdido en la vida actual.

Hoy, más que nunca, los maestros y maestras de México están obligados a recobrar ese espíritu de entrega y compromiso social. México se encuentra en un punto histórico, en el que estamos obligados a pugnar por el regreso a los valores y a la unidad nacional. Las nuevas generaciones deben de entender que México es de todos, y que, por eso todos, sin importar nuestras diferencias, podemos y debemos de trabajar unidos por nuestro país.

Hoy, conmemorar a los maestros no debe de ser visto simplemente como un asueto, sino como una manera de entender que un buen maestro tiene el poder de convertirse en la influencia más importante de los niños y niñas, y un mal maestro también. Las y los docentes estamos obligados a pensar si en la clase de mañana, pero también a largo plazo, en las generaciones del futuro, que serán las que continúen, corrijan, o pierdan el rumbo del país.

El rol del maestro en México, como en cualquier sociedad, es el de la columna vertebral de la misma. No puede existir comunidad gregaria sin un sistema de transmisión de valores, competencias, cultura y conocimientos, y ese es el rol de nuestras maestras y nuestros maestros. De ese tamaño debe de ser la encomienda, el prestigio, la responsabilidad y la honra.

Mi respeto eterno a mis colegas de la educación. Siempre con la frente en alto, hagamos valer el rol del maestro en nuestro hermoso país.

¡Enhorabuena colegas!