/ martes 25 de enero de 2022

El Espectador | El pleito por Akumal

Akumal está en la Riviera Maya, de blanca arena y tortugas marinas con las que se puede nadar tranquilamente. Este paradisiaco rincón del país tiene una de las inversiones más importantes del Caribe y ahora, cuando la recuperación le sonríe, la Asociación de Hoteles de Tulum inicia una ofensiva impresionante para privatizar, literalmente, diversas zonas o cobrar, de manera indebida, cuotas de mantenimiento.

El problema es que la Asociación de Hoteles de Tulum, encabezada por David Ortiz Mena, hace ajustes y lanza órdenes sin el respaldo de sus agremiados y ya tiene encima a los empresarios y a los pobladores de la zona. Ya suenan las protestas a causa de la privatización en Akumal y el escándalo persigue al empresario.

Los pobladores de Akumal tratan de decirle al mundo que no están de acuerdo con estas acciones tomadas por Ortiz Mena dentro de la zona. Lo que están demandando es que les devuelvan las áreas en las que ellos han trabajado por décadas, sin la necesidad de pagar cuotas a nadie o de rendirle cuentas a los empresarios que ni siquiera son de ahí.

Esto es importante, pues la estrategia iniciada por Ortiz Mena mete en broncas que no tenían a unas 15 cadenas internacionales que están ahí. En una de las discusiones que tuvieron los empresarios con el dirigente, le externaron que es visible que sólo piensa en sus intereses personales y a causa de estas decisiones se han visto afectados directamente los pobladores de la zona que viven del turismo.

No es la primera vez que Ortiz Mena abusa de las conexiones o de los apoyos para materializar sus iniciativas, una de las últimas historias que se tienen es la de 2019 cuando salió a relucir su parentesco con la otrora secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) Josefa González Blanco Ortiz Mena.

La funcionaria, hoy representando al gobierno de López Obrador en Gran Bretaña, siempre negó tener una relación más allá de lo familiar con su primo David Ortiz Mena. “Yo establecí con ellos que en reuniones familiares no hablamos de negocios, sólo hablamos de la abuela, de los sobrinos y de Acapulco cuando éramos chiquitos”.

Pero él, nos cuentan, se mueve como si tuviera todo el respaldo de la 4T. Además de las cuotas, nos hacen ver algunos empresarios, se quiere quedar con la Asociación de Hoteles de Tulum. Pero es repudiado por la mayoría de los hoteles icónicos que le han dado reconocimiento a este lugar a escala internacional.

Pretende mantenerse como presidente por un periodo de tres años más y ya un grupo de hoteleros firmaron una carta de inconformidad ante la postura de David Ortiz Mena, quien desistió no solamente de dejar la presidencia mucho después del término de su periodo, sino de seguir utilizando a la Asociación de Hoteles de Tulum como una plataforma de sus intereses políticos personales.

El pasado 14 de enero, durante la Asamblea General de asociados, en lugar de buscar la unión, el espíritu de solidaridad y conciencia grupal que había caracterizado al gremio hotelero de Tulum y dar fuerza a la Asociación fundada hace más de diez años, Ortiz Mena y su Comité Directivo provocaron una ruptura desacreditando a la planilla opositora.

La situación no es nada plácida.

Akumal está en la Riviera Maya, de blanca arena y tortugas marinas con las que se puede nadar tranquilamente. Este paradisiaco rincón del país tiene una de las inversiones más importantes del Caribe y ahora, cuando la recuperación le sonríe, la Asociación de Hoteles de Tulum inicia una ofensiva impresionante para privatizar, literalmente, diversas zonas o cobrar, de manera indebida, cuotas de mantenimiento.

El problema es que la Asociación de Hoteles de Tulum, encabezada por David Ortiz Mena, hace ajustes y lanza órdenes sin el respaldo de sus agremiados y ya tiene encima a los empresarios y a los pobladores de la zona. Ya suenan las protestas a causa de la privatización en Akumal y el escándalo persigue al empresario.

Los pobladores de Akumal tratan de decirle al mundo que no están de acuerdo con estas acciones tomadas por Ortiz Mena dentro de la zona. Lo que están demandando es que les devuelvan las áreas en las que ellos han trabajado por décadas, sin la necesidad de pagar cuotas a nadie o de rendirle cuentas a los empresarios que ni siquiera son de ahí.

Esto es importante, pues la estrategia iniciada por Ortiz Mena mete en broncas que no tenían a unas 15 cadenas internacionales que están ahí. En una de las discusiones que tuvieron los empresarios con el dirigente, le externaron que es visible que sólo piensa en sus intereses personales y a causa de estas decisiones se han visto afectados directamente los pobladores de la zona que viven del turismo.

No es la primera vez que Ortiz Mena abusa de las conexiones o de los apoyos para materializar sus iniciativas, una de las últimas historias que se tienen es la de 2019 cuando salió a relucir su parentesco con la otrora secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) Josefa González Blanco Ortiz Mena.

La funcionaria, hoy representando al gobierno de López Obrador en Gran Bretaña, siempre negó tener una relación más allá de lo familiar con su primo David Ortiz Mena. “Yo establecí con ellos que en reuniones familiares no hablamos de negocios, sólo hablamos de la abuela, de los sobrinos y de Acapulco cuando éramos chiquitos”.

Pero él, nos cuentan, se mueve como si tuviera todo el respaldo de la 4T. Además de las cuotas, nos hacen ver algunos empresarios, se quiere quedar con la Asociación de Hoteles de Tulum. Pero es repudiado por la mayoría de los hoteles icónicos que le han dado reconocimiento a este lugar a escala internacional.

Pretende mantenerse como presidente por un periodo de tres años más y ya un grupo de hoteleros firmaron una carta de inconformidad ante la postura de David Ortiz Mena, quien desistió no solamente de dejar la presidencia mucho después del término de su periodo, sino de seguir utilizando a la Asociación de Hoteles de Tulum como una plataforma de sus intereses políticos personales.

El pasado 14 de enero, durante la Asamblea General de asociados, en lugar de buscar la unión, el espíritu de solidaridad y conciencia grupal que había caracterizado al gremio hotelero de Tulum y dar fuerza a la Asociación fundada hace más de diez años, Ortiz Mena y su Comité Directivo provocaron una ruptura desacreditando a la planilla opositora.

La situación no es nada plácida.