/ martes 31 de marzo de 2020

Educación en tiempos del Covid

Queridos amigos, ante los llamados de resguardo y el establecimiento de mecanismos como el home-office y las clases virtuales, el mundo profesional se encuentra en un proceso de reajuste y entendimiento de sus nuevas circunstancias. A título personal, he participado ya en reuniones, conferencias de prensa, cursos y demás experiencias, y esta semana en particular pude acompañar una clase virtual con alumnos de educación especial, de la cual me parece importante compartirles algunas apreciaciones:

a) Nuestras niñas y niños de educación especial son muy sensibles a su entorno. Su nobleza y su curiosidad se ven puestas a prueba en este nuevo entorno, y fue muy evidente notar sus caritas felices al volver a ver a sus compañeros; si bien a través de un monitor y no de manera presencial, debemos tener presente que la escuela de un niño es su segunda casa, y es también su primera experiencia con el mundo y su sociedad. Tengamos fe en que esta situación pronto se regularizará.

b) Es en la adversidad, como hoy, cuando sale a relucir la verdadera vocación y el temple de las personas. Malala lo dijo muy atinadamente, donde este un maestro, un libro y un alumno, se encuentra la esperanza de una educación, y en efecto hoy que estamos viendo tanta innovación y tanto esfuerzo por las autoridades educativas como por las instituciones privadas de poder brindar un servicio de calidad, nos demuestra que el espíritu humano siempre buscará la manera de cultivarse y seguir formando a sus futuras generaciones.

En ese sentido, quiero felicitar a todas y todos los maestros que hoy, con todo y esta crisis, continúan al pendiente de sus niñas y niños. Sepan que su esfuerzo es una gran motivación para todas y todos, tanto padres de familia como autoridades educativas, y que, si bien hoy nuestras escuelas se encuentran vacías físicamente, nuestras futuras generaciones serán aún mejores, porque gracias a ese esfuerzo extraordinario podrán valorar lo verdaderamente importante que son sus estudios.

Llegará el día, estimado lector, que esta pandemia sea un recuerdo, pero además de recordar lo malo, debemos de recordar estos sacrificios y esta entrega sin igual, de niñas, niños y docentes uniéndose a través de un monitor para continuar moviendo a la educación de nuestro Coahuila hacía el futuro.

La Madre Teresa de Calcuta decía en sus tiempos, que la enfermedad mas grave no era la lepra, sino la soledad, y me permito parafrasearla: en estos tiempos, la enfermedad mas grave no es el coronavirus, sino la indiferencia, el abandono. Aislamiento social no significa indiferencia social, significa buscar nuevas maneras de seguir unidos. Hoy, más que nunca, ¡Juntos no, pero unidos siempre!

Queridos amigos, ante los llamados de resguardo y el establecimiento de mecanismos como el home-office y las clases virtuales, el mundo profesional se encuentra en un proceso de reajuste y entendimiento de sus nuevas circunstancias. A título personal, he participado ya en reuniones, conferencias de prensa, cursos y demás experiencias, y esta semana en particular pude acompañar una clase virtual con alumnos de educación especial, de la cual me parece importante compartirles algunas apreciaciones:

a) Nuestras niñas y niños de educación especial son muy sensibles a su entorno. Su nobleza y su curiosidad se ven puestas a prueba en este nuevo entorno, y fue muy evidente notar sus caritas felices al volver a ver a sus compañeros; si bien a través de un monitor y no de manera presencial, debemos tener presente que la escuela de un niño es su segunda casa, y es también su primera experiencia con el mundo y su sociedad. Tengamos fe en que esta situación pronto se regularizará.

b) Es en la adversidad, como hoy, cuando sale a relucir la verdadera vocación y el temple de las personas. Malala lo dijo muy atinadamente, donde este un maestro, un libro y un alumno, se encuentra la esperanza de una educación, y en efecto hoy que estamos viendo tanta innovación y tanto esfuerzo por las autoridades educativas como por las instituciones privadas de poder brindar un servicio de calidad, nos demuestra que el espíritu humano siempre buscará la manera de cultivarse y seguir formando a sus futuras generaciones.

En ese sentido, quiero felicitar a todas y todos los maestros que hoy, con todo y esta crisis, continúan al pendiente de sus niñas y niños. Sepan que su esfuerzo es una gran motivación para todas y todos, tanto padres de familia como autoridades educativas, y que, si bien hoy nuestras escuelas se encuentran vacías físicamente, nuestras futuras generaciones serán aún mejores, porque gracias a ese esfuerzo extraordinario podrán valorar lo verdaderamente importante que son sus estudios.

Llegará el día, estimado lector, que esta pandemia sea un recuerdo, pero además de recordar lo malo, debemos de recordar estos sacrificios y esta entrega sin igual, de niñas, niños y docentes uniéndose a través de un monitor para continuar moviendo a la educación de nuestro Coahuila hacía el futuro.

La Madre Teresa de Calcuta decía en sus tiempos, que la enfermedad mas grave no era la lepra, sino la soledad, y me permito parafrasearla: en estos tiempos, la enfermedad mas grave no es el coronavirus, sino la indiferencia, el abandono. Aislamiento social no significa indiferencia social, significa buscar nuevas maneras de seguir unidos. Hoy, más que nunca, ¡Juntos no, pero unidos siempre!