/ lunes 3 de febrero de 2020

Don Luis M. Navarro Garza

Cronista de Torreón

El personaje de quien hoy daremos a conocer una breve semblanza, destacó en el ámbito político de nuestra gran ciudad, por haber sido hasta el día de hoy quien más ocasiones ha sido electo como presidente municipal, tal y como daremos a conocer en esta colaboración de contenido histórico, pues consideramos que es necesario que las actuales generaciones de torreonenses conozcan quiénes dirigieron su municipio y qué papel desempeñaron en la conformación, pero sobre todo en el progreso del mismo.

Don Luis Manuel Navarro Garza, nombre completo de nuestro personaje fue originario de la hacienda de Peyotes, Coahuila (Villa Unión actualmente) en donde nació un 11 de octubre de 1853 habiéndose trasladado su familia a Parras, Coahuila, en donde contrajo matrimonio con Lucinda de la Garza, habiendo procreado durante su matrimonio doce hijos. En Parras se dedicó a sus asuntos particulares y al comercio, participando a partir de 1884 en la actividad política, llegando a ser designado como gobernador del Estado y ante la agitación política que privaba en el Estado estableció los poderes en Paredón, Coahuila, interviniendo el senado de la República designando al general Julio M. Cervantes, quien asumió la gubernatura.

En el año de 1897 fue presidente municipal de Parras, Coahuila y en el año de 1898 al haberse creado la jefatura política de Torreón, fue designado como jefe político de la Villa de Torreón, puesto en el que se distinguió por haber establecido la primera nomenclatura en la Villa, de tal manera que se le dio nombre a 14 calles de la calle Viesca a la Leona Vicario y a 8 avenidas de la del Ferrocarril a la Ocampo. En el año de 1899 fue electo como presidente municipal de Torreón, y reelecto como tal en los años 1900, 1901,1902, 1903, 1904 y 1905 es decir, fue presidente municipal durante seis períodos, aclarando que cada período en tal época era de un año en el encargo.

Es de mencionar el hecho de que hasta el año de 1901 el presidente municipal no cobraba sueldo alguno, estableciéndose la cantidad de 75 pesos nacionales como sueldo a partir del año de 1902. A principios del siglo XX Torreón tuvo un despegue industrial y comercial que situó a la villa como una población de las más progresistas en México, iniciándose de igual manera la modernización de la ciudad, pues nuestro personaje mandó empedrar las calles abarcando éstas 5 kilómetros, siendo de igual manera embanquetadas las mismas, la obra pública durante su administración su vio al enladrillar la plaza 2 de abril y construir puentes sobre los tajos que atravesaban la ciudad, uniformó a la policía, construyó un bordo de defensa en el margen derecho del río Nazas, entre otras obras que beneficiaron a la entonces Villa.

Lo expuesto nos debe de servir para valorar la gestión municipal que nuestro personaje tuvo en Torreón, el día 1 del mes de agosto de 1908 en la ciudad de Saltillo, Coahuila, falleció don Luis, habiendo con anterioridad expresado su deseo de que sus restos descansaran en esta ciudad, lo que cumplieron sus hijos al sepultarlo en la reciente población elevada a la categoría de ciudad en el panteón municipal.

Cronista de Torreón

El personaje de quien hoy daremos a conocer una breve semblanza, destacó en el ámbito político de nuestra gran ciudad, por haber sido hasta el día de hoy quien más ocasiones ha sido electo como presidente municipal, tal y como daremos a conocer en esta colaboración de contenido histórico, pues consideramos que es necesario que las actuales generaciones de torreonenses conozcan quiénes dirigieron su municipio y qué papel desempeñaron en la conformación, pero sobre todo en el progreso del mismo.

Don Luis Manuel Navarro Garza, nombre completo de nuestro personaje fue originario de la hacienda de Peyotes, Coahuila (Villa Unión actualmente) en donde nació un 11 de octubre de 1853 habiéndose trasladado su familia a Parras, Coahuila, en donde contrajo matrimonio con Lucinda de la Garza, habiendo procreado durante su matrimonio doce hijos. En Parras se dedicó a sus asuntos particulares y al comercio, participando a partir de 1884 en la actividad política, llegando a ser designado como gobernador del Estado y ante la agitación política que privaba en el Estado estableció los poderes en Paredón, Coahuila, interviniendo el senado de la República designando al general Julio M. Cervantes, quien asumió la gubernatura.

En el año de 1897 fue presidente municipal de Parras, Coahuila y en el año de 1898 al haberse creado la jefatura política de Torreón, fue designado como jefe político de la Villa de Torreón, puesto en el que se distinguió por haber establecido la primera nomenclatura en la Villa, de tal manera que se le dio nombre a 14 calles de la calle Viesca a la Leona Vicario y a 8 avenidas de la del Ferrocarril a la Ocampo. En el año de 1899 fue electo como presidente municipal de Torreón, y reelecto como tal en los años 1900, 1901,1902, 1903, 1904 y 1905 es decir, fue presidente municipal durante seis períodos, aclarando que cada período en tal época era de un año en el encargo.

Es de mencionar el hecho de que hasta el año de 1901 el presidente municipal no cobraba sueldo alguno, estableciéndose la cantidad de 75 pesos nacionales como sueldo a partir del año de 1902. A principios del siglo XX Torreón tuvo un despegue industrial y comercial que situó a la villa como una población de las más progresistas en México, iniciándose de igual manera la modernización de la ciudad, pues nuestro personaje mandó empedrar las calles abarcando éstas 5 kilómetros, siendo de igual manera embanquetadas las mismas, la obra pública durante su administración su vio al enladrillar la plaza 2 de abril y construir puentes sobre los tajos que atravesaban la ciudad, uniformó a la policía, construyó un bordo de defensa en el margen derecho del río Nazas, entre otras obras que beneficiaron a la entonces Villa.

Lo expuesto nos debe de servir para valorar la gestión municipal que nuestro personaje tuvo en Torreón, el día 1 del mes de agosto de 1908 en la ciudad de Saltillo, Coahuila, falleció don Luis, habiendo con anterioridad expresado su deseo de que sus restos descansaran en esta ciudad, lo que cumplieron sus hijos al sepultarlo en la reciente población elevada a la categoría de ciudad en el panteón municipal.