/ sábado 19 de octubre de 2019

Don Joaquín Serrano

Cronista de Torreón

En nuestra ciudad de Torreón, desde su nacimiento en 1850 con la categoría de rancho, se dio la gran influencia de las diferentes etnias que se establecieron en esta región, así llegaron a la misma: españoles, libaneses, franceses, alemanes, chinos, estadounidenses, entre los principales que se asentaron en estas tierras y a los cuales en gran parte se les debe el progreso en todos los órdenes desde su origen como centro poblacional se dio, toda vez que los integrantes de las diversas etnias no solo instalaron sus respectivos negocios, sino que se avecindaron juntamente con su familia radicándose definitivamente.

Entre el gran número de hombres de nacionalidad española que se arraigaron en estas tierras destaca don Joaquín Serrano quien fue originario de Longoroño España, y a los 26 años de edad después de participar en acciones bélicas en Cuba, se radicó en la ciudad de México, iniciando sus actividades dentro del comercio, ocupación en la que estuvo activo por aproximadamente cinco años para después trasladarse a la comarca lagunera al tener conocimiento del progreso que se iniciaba en tierras laguneras y particularmente en el centro de población conocido como Hacienda del Torreón, pues no hay que olvidar que para 1870 se le dio tal categoría.

La primera ocupación de don Joaquín Serrano fue la de ser empleado de un predio agrícola ubicado en el perímetro de Santa Teresa, en donde fue administrador y posteriormente arrendatario, después de formar un capital por su actividad agrícola se propuso doce años después de que radicara en la región, iniciar su actividad en la industria, ya que para 1898 juntamente con el ingeniero José Farjas al serles transmitida la concesión que por decreto se le otorgó al señor Rafael Aguirre, establecieron el 15 de septiembre de 1898 la planta de luz eléctrica que generó 816 bujías para las casas particulares y 40 lámparas de arco para el alumbrado público.

Después de lo anterior participó como socio y accionista fundador de la fábrica de jabón “La alianza” la fábrica de Hilados “La Fe”, la fábrica de Jabón “La unión”; la compañía metalúrgica; de igual manera fue integrante de la primera junta de materiales de Torreón en el año de 1893 al erigirse en villa a la estación del Torreón juntamente con don Andrés Eppen, don Adolfo Aymes y don Amador Cárdenas, siendo de los fundadores de la “Sociedad de Beneficencia Española”, habiendo donado los terrenos en donde se construyó la actual alameda Zaragoza, contribuyendo a cuanta obra benéfica le era solicitada su cooperación.

Su filantropía fue ampliamente reconocida por el pueblo torreonense y los revolucionarios, toda vez que con motivo de la celebración del 16 de septiembre de 1893 la multitud gritaba vivas a nuestros héroes nacionales y de igual manera gritaron mueran los gachupines para agregar de inmediato “NO no pero don Joaquín Serrano no“ y en 1914 al expulsar Villa a los españoles de Torreón, le comunicó a don Joaquín Serrano que él podía permanecer en Torreón, lo cual no fue aceptado por el mismo solidarizándose con sus paisanos. Que estas líneas sean un homenaje para nuestro personaje español de nacimiento pero lagunero por arraigo y de corazón.

Cronista de Torreón

En nuestra ciudad de Torreón, desde su nacimiento en 1850 con la categoría de rancho, se dio la gran influencia de las diferentes etnias que se establecieron en esta región, así llegaron a la misma: españoles, libaneses, franceses, alemanes, chinos, estadounidenses, entre los principales que se asentaron en estas tierras y a los cuales en gran parte se les debe el progreso en todos los órdenes desde su origen como centro poblacional se dio, toda vez que los integrantes de las diversas etnias no solo instalaron sus respectivos negocios, sino que se avecindaron juntamente con su familia radicándose definitivamente.

Entre el gran número de hombres de nacionalidad española que se arraigaron en estas tierras destaca don Joaquín Serrano quien fue originario de Longoroño España, y a los 26 años de edad después de participar en acciones bélicas en Cuba, se radicó en la ciudad de México, iniciando sus actividades dentro del comercio, ocupación en la que estuvo activo por aproximadamente cinco años para después trasladarse a la comarca lagunera al tener conocimiento del progreso que se iniciaba en tierras laguneras y particularmente en el centro de población conocido como Hacienda del Torreón, pues no hay que olvidar que para 1870 se le dio tal categoría.

La primera ocupación de don Joaquín Serrano fue la de ser empleado de un predio agrícola ubicado en el perímetro de Santa Teresa, en donde fue administrador y posteriormente arrendatario, después de formar un capital por su actividad agrícola se propuso doce años después de que radicara en la región, iniciar su actividad en la industria, ya que para 1898 juntamente con el ingeniero José Farjas al serles transmitida la concesión que por decreto se le otorgó al señor Rafael Aguirre, establecieron el 15 de septiembre de 1898 la planta de luz eléctrica que generó 816 bujías para las casas particulares y 40 lámparas de arco para el alumbrado público.

Después de lo anterior participó como socio y accionista fundador de la fábrica de jabón “La alianza” la fábrica de Hilados “La Fe”, la fábrica de Jabón “La unión”; la compañía metalúrgica; de igual manera fue integrante de la primera junta de materiales de Torreón en el año de 1893 al erigirse en villa a la estación del Torreón juntamente con don Andrés Eppen, don Adolfo Aymes y don Amador Cárdenas, siendo de los fundadores de la “Sociedad de Beneficencia Española”, habiendo donado los terrenos en donde se construyó la actual alameda Zaragoza, contribuyendo a cuanta obra benéfica le era solicitada su cooperación.

Su filantropía fue ampliamente reconocida por el pueblo torreonense y los revolucionarios, toda vez que con motivo de la celebración del 16 de septiembre de 1893 la multitud gritaba vivas a nuestros héroes nacionales y de igual manera gritaron mueran los gachupines para agregar de inmediato “NO no pero don Joaquín Serrano no“ y en 1914 al expulsar Villa a los españoles de Torreón, le comunicó a don Joaquín Serrano que él podía permanecer en Torreón, lo cual no fue aceptado por el mismo solidarizándose con sus paisanos. Que estas líneas sean un homenaje para nuestro personaje español de nacimiento pero lagunero por arraigo y de corazón.