/ lunes 6 de enero de 2020

Desafíos para el 2020

Hablemos

El año nuevo llegó en medio de grandes festejos, luces y brindis, pero acompañado también de preguntas sobre diversas temáticas y de no pocos desafíos.

¿Qué pasará en el Medio Oriente tras el ataque contra Bagdad ordenado por Donald Trump, en el que perdió la vida el general iraní Qasem Soleimani, señalado por Washington como el terrorista número uno del mundo? ¿Estallará la Tercera Guerra Mundial, tal como se comentó en redes sociales bajo el hashtag “WWIII” (Tercera Guerra Mundial), el cual se posicionó en el primer sitio de las tendencias a nivel internacional? ¿Cuáles serán las repercusiones del ataque perpetrado el pasado jueves? ¿Es temporal el deseo de venganza y la ira del mundo musulmán, que el pasado 4 de enero llevó a miles de personas a gritar en Bagdad: “muerte a Estados Unidos?

Aparte de las anteriores preguntas, derivadas de la tensión extrema entre Estados Unidos e Irán, surgen otras preguntas en el plano nacional e internacional. ¿Qué pasará en la carrera presidencial del 2020 en Estados Unidos? ¿Ganará las elecciones Trump, cuya administración está marcada, entre otras cosas, por la condena de seis de sus ex asesores en lo relativo a la presunta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016?

En lo que respecta a los desafíos, México tiene ante sí uno al que debe brindarle especial y permanente atención, incluso más de la que se le ha brindado en años anteriores. Me refiero evidentemente al tema de la violencia e inseguridad, que exige, por un lado, la depuración y profesionalización de los cuerpos policíacos, y por el otro, un mayor involucramiento por parte de la ciudadanía y de los gobiernos locales. La función de éstos últimos es ir más allá de los reclamos y exigencias al gobierno federal cuando en sus entidades se incrementan los índices de violencia, un fenómeno que se niega a desaparecer.

Sobre esto último considero oportuno mencionar la necesidad de aprovechar la coordinación entre los gobiernos locales de los 32 estados de la República Mexicana y el Gobierno Federal, una coordinación que el pasado mes de diciembre fue calificada como “excelente” por la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

Otro funcionario de Morena, Ricardo Monreal Ávila, que se desempeña actualmente como presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, señaló el pasado 1 de enero que en México estamos listos para enfrentar los desafíos del 2020. El ex gobernador de Zacatecas se refirió a temas específicos como el cambio climático, derechos humanos, justicia y seguridad.

Me parece de suma importancia que un político como Monreal haya mencionado entre los desafíos del naciente año el cambio climático, uno de los problemas ambientales que enfrentan todos los países del planeta, y al que el gobierno de México ha respondido con dos alternativas de acción: la “implementación de medidas orientadas a la reducción de las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero”, así como “la implementación de medidas de adaptación que permitan disminuir la vulnerabilidad de las comunidades humanas y los ecosistemas”.

Estas acciones gubernamentales, orientadas a frenar el cambio climático, son buenas pero insuficientes. Es necesario que las personas y grupos dejemos de ser espectadores y nos involucremos de lleno en la problemática, evitando la quema de combustibles fósiles y la tala de bosques y selvas tropicales. Otras acciones que podemos y debemos realizar son las siguientes: reciclar, apagar las luces cuando no hagan falta, hervir sólo el agua necesaria, ducharnos en vez de bañarnos, usar bombillas de bajo consumo, no dejar electrodomésticos en standby, evitar poner la calefacción muy alta, usar lo menos posible nuestros automóviles...

Por último, considero importante referirme a otro desafío: el que tienen ante sí los medios de comunicación de México y el mundo. Lo considero un desafío por la ausencia de ética periodística que en el 2019 ocasionó que varios representantes de las empresas informativas cometieran excesos mediáticos, incrementando la crisis de credibilidad que de un tiempo a la fecha afecta de manera importante a los medios de comunicación.

La ausencia de ética en el quehacer periodístico constituye un lamentable atentado contra el derecho de las audiencias a ser debidamente informadas, además de incrementar en redes sociales e Internet la intolerancia y el discurso de odio en contra de los miembros de algunas minorías, una situación que atenta contra los derechos humanos de quienes pertenecen a ellas. Estará de acuerdo conmigo, estimado lector, que esto no puede continuar así.

¡Feliz año a mis amables lectores!

Hablemos

El año nuevo llegó en medio de grandes festejos, luces y brindis, pero acompañado también de preguntas sobre diversas temáticas y de no pocos desafíos.

¿Qué pasará en el Medio Oriente tras el ataque contra Bagdad ordenado por Donald Trump, en el que perdió la vida el general iraní Qasem Soleimani, señalado por Washington como el terrorista número uno del mundo? ¿Estallará la Tercera Guerra Mundial, tal como se comentó en redes sociales bajo el hashtag “WWIII” (Tercera Guerra Mundial), el cual se posicionó en el primer sitio de las tendencias a nivel internacional? ¿Cuáles serán las repercusiones del ataque perpetrado el pasado jueves? ¿Es temporal el deseo de venganza y la ira del mundo musulmán, que el pasado 4 de enero llevó a miles de personas a gritar en Bagdad: “muerte a Estados Unidos?

Aparte de las anteriores preguntas, derivadas de la tensión extrema entre Estados Unidos e Irán, surgen otras preguntas en el plano nacional e internacional. ¿Qué pasará en la carrera presidencial del 2020 en Estados Unidos? ¿Ganará las elecciones Trump, cuya administración está marcada, entre otras cosas, por la condena de seis de sus ex asesores en lo relativo a la presunta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016?

En lo que respecta a los desafíos, México tiene ante sí uno al que debe brindarle especial y permanente atención, incluso más de la que se le ha brindado en años anteriores. Me refiero evidentemente al tema de la violencia e inseguridad, que exige, por un lado, la depuración y profesionalización de los cuerpos policíacos, y por el otro, un mayor involucramiento por parte de la ciudadanía y de los gobiernos locales. La función de éstos últimos es ir más allá de los reclamos y exigencias al gobierno federal cuando en sus entidades se incrementan los índices de violencia, un fenómeno que se niega a desaparecer.

Sobre esto último considero oportuno mencionar la necesidad de aprovechar la coordinación entre los gobiernos locales de los 32 estados de la República Mexicana y el Gobierno Federal, una coordinación que el pasado mes de diciembre fue calificada como “excelente” por la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

Otro funcionario de Morena, Ricardo Monreal Ávila, que se desempeña actualmente como presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, señaló el pasado 1 de enero que en México estamos listos para enfrentar los desafíos del 2020. El ex gobernador de Zacatecas se refirió a temas específicos como el cambio climático, derechos humanos, justicia y seguridad.

Me parece de suma importancia que un político como Monreal haya mencionado entre los desafíos del naciente año el cambio climático, uno de los problemas ambientales que enfrentan todos los países del planeta, y al que el gobierno de México ha respondido con dos alternativas de acción: la “implementación de medidas orientadas a la reducción de las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero”, así como “la implementación de medidas de adaptación que permitan disminuir la vulnerabilidad de las comunidades humanas y los ecosistemas”.

Estas acciones gubernamentales, orientadas a frenar el cambio climático, son buenas pero insuficientes. Es necesario que las personas y grupos dejemos de ser espectadores y nos involucremos de lleno en la problemática, evitando la quema de combustibles fósiles y la tala de bosques y selvas tropicales. Otras acciones que podemos y debemos realizar son las siguientes: reciclar, apagar las luces cuando no hagan falta, hervir sólo el agua necesaria, ducharnos en vez de bañarnos, usar bombillas de bajo consumo, no dejar electrodomésticos en standby, evitar poner la calefacción muy alta, usar lo menos posible nuestros automóviles...

Por último, considero importante referirme a otro desafío: el que tienen ante sí los medios de comunicación de México y el mundo. Lo considero un desafío por la ausencia de ética periodística que en el 2019 ocasionó que varios representantes de las empresas informativas cometieran excesos mediáticos, incrementando la crisis de credibilidad que de un tiempo a la fecha afecta de manera importante a los medios de comunicación.

La ausencia de ética en el quehacer periodístico constituye un lamentable atentado contra el derecho de las audiencias a ser debidamente informadas, además de incrementar en redes sociales e Internet la intolerancia y el discurso de odio en contra de los miembros de algunas minorías, una situación que atenta contra los derechos humanos de quienes pertenecen a ellas. Estará de acuerdo conmigo, estimado lector, que esto no puede continuar así.

¡Feliz año a mis amables lectores!