/ miércoles 8 de abril de 2020

¡Debe morir! ¡Debe morir!, gritaba la gente

¡Crucifícale! ¡Crucifícale!, le gritaban a Pilato y Pilato intentaba querer soltarle porque no encontraba ningún delito en él, la presión era tan fuerte que les dijo: ¡He aquí vuestro Rey! Pero ellos gritaron ¡Fuera, fuera, crucifícale!, Pilato (sarcásticamente comentó) ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: no tenemos más rey que Cesar. Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron pues, a Jesús, y le llevaron.

¿Qué fue lo que ocurrió? Si días antes lo habían recibido como se recibe a los héroes cuando ganan una batalla, las palmas, los hosannas, el jolgorio de la gente haciendo caravanas, la muchedumbre que lo elogió, a su llegada le llamaron algunos su entrada triunfal, pero algo no concordaba, sin un séquito que le abriera el camino o por lo menos montado en un corcel brioso, de acuerdo a la ocasión.

Algo no encajaba, al día siguiente de esa entrada, vieron a un Jesús echar fuera a todos los vendedores, mercaderes que estaban en el templo, les volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas, y no consentía a nadie que atravesase el templo llevando utensilio alguno. Diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

Este seguramente era el líder que los judíos necesitaban, ellos no pensaban en un reino espiritual, sino en un reino material que los sacara de la esclavitud de la pobreza de pagar impuestos y volver a ser una nación grande, ellos tenían la esperanza que este hombre llamado Jesús, hijo de un carpintero ahora se levantaría en armas y restaurara una vida de lujos, placer y comodidad.

El acto más humillante ¿dejarse arrestar sin pelear? Eso no estaba en los planes de una mente exitosa, solo era un mediocre sin aspiraciones pudieron pensar algunos y esto basto para bajar su popularidad del que antes aclamaban y vitoreaban para ser su candidato oficial y dejarlo solo.

¡Debe Morir, Debe Morir! No era el líder que necesitaban, no era el Mesías anunciado, solo un impostor más. Se sentían engañados defraudados no cumplió los requisitos que ellos en sus propias mentes habían imaginado.

¡Debe Morir debe morir gritaba la gente sin saber que aquel varón era el Mesías! La multitud le injuriaba, mientras aquel varón guardaba silencio.

En estos tiempos han aparecido predicadores que han presentado a un Mesías que les solucionara todos sus fracasos financieros, pero tienes que “Sembrar” una “Ofrenda” y de acuerdo a “tu siembra” es tu milagro, juegan con la ignorancia y necesidad de la gente, le venden objetos milagrosos, la escoba milagrosa, el agua bendita de la fuente verdadera, aceite traído de la tierra santa. En una palabra, unos vividores que lucran con la fe de las personas necesitadas. Le atino pensó en los brasileños.

Pero ahora resulta que ahora se han autonombrado apóstoles y profetas modernos, obsesionados con el entretenimiento con nuevas revelaciones, que declaran y decretan profetizan prosperidad usan una mezcla de gnosticismo y metafísica, haciendo creer a sus oyentes que van a obtener lo que sus bocas confiesen, declaren y decreten: un ejemplo tu que rentas un taxi, Dios ya no quiere que rentes un taxi, sino que quiere que seas dueño de una flotilla de taxis quien no se va dejar llevar por este pensamiento. De grandeza y prosperidad.

Los judíos desecharon a Jesús, no cumplía sus expectativas, en muchas iglesias está pasando lo mismo están desechando a Jesús que vino a salvar sus almas del pecado y de la muerte eterna, ese no es el Jesús que ellos buscan, prefieren a un Jesús que no los deje sufrir, que tenga todo lo material y riquezas. Ese no es el Cristo que queremos dice la gente con sus acciones: ¡Debe morir debe morir! Jesús dejo su trono para Morir; y perdonar tus pecados, recíbelo en tu corazón hazle un lugar antes que sea demasiado tarde. hotemadavid@hotmail.com

¡Crucifícale! ¡Crucifícale!, le gritaban a Pilato y Pilato intentaba querer soltarle porque no encontraba ningún delito en él, la presión era tan fuerte que les dijo: ¡He aquí vuestro Rey! Pero ellos gritaron ¡Fuera, fuera, crucifícale!, Pilato (sarcásticamente comentó) ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: no tenemos más rey que Cesar. Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron pues, a Jesús, y le llevaron.

¿Qué fue lo que ocurrió? Si días antes lo habían recibido como se recibe a los héroes cuando ganan una batalla, las palmas, los hosannas, el jolgorio de la gente haciendo caravanas, la muchedumbre que lo elogió, a su llegada le llamaron algunos su entrada triunfal, pero algo no concordaba, sin un séquito que le abriera el camino o por lo menos montado en un corcel brioso, de acuerdo a la ocasión.

Algo no encajaba, al día siguiente de esa entrada, vieron a un Jesús echar fuera a todos los vendedores, mercaderes que estaban en el templo, les volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas, y no consentía a nadie que atravesase el templo llevando utensilio alguno. Diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

Este seguramente era el líder que los judíos necesitaban, ellos no pensaban en un reino espiritual, sino en un reino material que los sacara de la esclavitud de la pobreza de pagar impuestos y volver a ser una nación grande, ellos tenían la esperanza que este hombre llamado Jesús, hijo de un carpintero ahora se levantaría en armas y restaurara una vida de lujos, placer y comodidad.

El acto más humillante ¿dejarse arrestar sin pelear? Eso no estaba en los planes de una mente exitosa, solo era un mediocre sin aspiraciones pudieron pensar algunos y esto basto para bajar su popularidad del que antes aclamaban y vitoreaban para ser su candidato oficial y dejarlo solo.

¡Debe Morir, Debe Morir! No era el líder que necesitaban, no era el Mesías anunciado, solo un impostor más. Se sentían engañados defraudados no cumplió los requisitos que ellos en sus propias mentes habían imaginado.

¡Debe Morir debe morir gritaba la gente sin saber que aquel varón era el Mesías! La multitud le injuriaba, mientras aquel varón guardaba silencio.

En estos tiempos han aparecido predicadores que han presentado a un Mesías que les solucionara todos sus fracasos financieros, pero tienes que “Sembrar” una “Ofrenda” y de acuerdo a “tu siembra” es tu milagro, juegan con la ignorancia y necesidad de la gente, le venden objetos milagrosos, la escoba milagrosa, el agua bendita de la fuente verdadera, aceite traído de la tierra santa. En una palabra, unos vividores que lucran con la fe de las personas necesitadas. Le atino pensó en los brasileños.

Pero ahora resulta que ahora se han autonombrado apóstoles y profetas modernos, obsesionados con el entretenimiento con nuevas revelaciones, que declaran y decretan profetizan prosperidad usan una mezcla de gnosticismo y metafísica, haciendo creer a sus oyentes que van a obtener lo que sus bocas confiesen, declaren y decreten: un ejemplo tu que rentas un taxi, Dios ya no quiere que rentes un taxi, sino que quiere que seas dueño de una flotilla de taxis quien no se va dejar llevar por este pensamiento. De grandeza y prosperidad.

Los judíos desecharon a Jesús, no cumplía sus expectativas, en muchas iglesias está pasando lo mismo están desechando a Jesús que vino a salvar sus almas del pecado y de la muerte eterna, ese no es el Jesús que ellos buscan, prefieren a un Jesús que no los deje sufrir, que tenga todo lo material y riquezas. Ese no es el Cristo que queremos dice la gente con sus acciones: ¡Debe morir debe morir! Jesús dejo su trono para Morir; y perdonar tus pecados, recíbelo en tu corazón hazle un lugar antes que sea demasiado tarde. hotemadavid@hotmail.com