/ domingo 24 de octubre de 2021

Crisis de Credibilidad

El martes 19 de octubre, durante la inauguración de la 77 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Jorge Canahuati Larach, titular de este organismo, dedicado a defender la libertad de expresión y de prensa en todas las Américas, calificó el último semestre como "desastroso en materia de libertad de prensa". El balance y calificativo del presidente de la SIP se basa en el asesinato de periodistas, la persecución a algunos medios de comunicación y la "estigmatización contra la prensa". En Venezuela se dio el cierre de El Nacional de Caracas, y en Nicaragua el de La Prensa de Managua.

Un balance como el de la SIP es importante cuando se trata de que la sociedad se entere de cómo estamos en materia de libertad de expresión, aunque en mi manera de pensar sería también conveniente incluir en dicho balance las acciones irresponsables de los periodistas y medios de comunicación que hacen mal uso de la libertad de expresión.

Y es que en todas partes abundan los periodistas que ignoran voluntariamente que su deber no es desinformar sino informar, y que su libertad termina cuando su pluma agrede de manera tendenciosa el derecho de los demás.

La libertad de expresión nos permite expresar y opinar sin miedo a las represalias de las personas y grupos que son evidenciados mediáticamente por sus supuestos ilícitos. Sin embargo, es importante que los llamados profesionales de la información le digan al público siempre la verdad, una situación que obliga a cada periodista a profundizar en sus investigaciones; su deber es recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar la información que resulte de su investigación.

Por ello es importante que los periodistas, del medio de comunicación que usted guste, estén revestidos de integridad, un valor que les permitirá realizar un trabajo de calidad y ganarse la confianza de las audiencias.

Hoy en día, la crisis más grande que afecta al periodismo no es la que se deriva de la falta de publicidad ni de los presupuestos insuficientes, ni siquiera la tendencia a la baja de los tirajes de ejemplares que salen diariamente a la venta (tiradas o tirajes), sino la crisis de credibilidad. Los medios de comunicación de hoy tienen la obligación de adaptarse a la nueva realidad digital, así como el deber de hablarles a las audiencias siempre con la verdad.

De un tiempo a la fecha se ha venido trabajando en el combate a la desinformación, término que se refiere a los “intentos deliberados (a menudo orquestados) de confundir o manipular a las personas mediante la entrega de información deshonesta”, afirman los autores del libro “Periodismo, “noticias falsas” & desinformación: manual de educación y capacitación en periodismo” (UNESCO, 2020).

Debe trabajarse más y mejor en lo que organismos como la UNESCO han venido haciendo en los últimos tiempos. Me refiero al fortalecimiento de la educación periodística, una situación en la que debemos involucrarnos todos, no sólo los periodistas y directivos de las empresas informativas. Tenemos que hacerlo con absoluta responsabilidad, si es que realmente nos interesa detener la ola de noticias falsas que circulan en medios de comunicación en agravio del derecho del público a ser debidamente informado.

¿Qué necesita hacer el periodismo de hoy? Responde la UNESCO en la obra antes citada: “En este contexto, es hora de que los medios de comunicación se aproximen más a los estándares y la ética profesional, para evitar la publicación de información no verificada y tomar distancia de la información que puede interesar a parte del público, pero no es en interés pública".

Esto se debe hacer a la par de las acciones que demanda la SIP en lo relativo al compromiso por la libertad de prensa y la sustentabilidad de los medios, así como la denuncia de toda violación en agravio de la libertad de expresión.

Twitter: @armayacastro

El martes 19 de octubre, durante la inauguración de la 77 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Jorge Canahuati Larach, titular de este organismo, dedicado a defender la libertad de expresión y de prensa en todas las Américas, calificó el último semestre como "desastroso en materia de libertad de prensa". El balance y calificativo del presidente de la SIP se basa en el asesinato de periodistas, la persecución a algunos medios de comunicación y la "estigmatización contra la prensa". En Venezuela se dio el cierre de El Nacional de Caracas, y en Nicaragua el de La Prensa de Managua.

Un balance como el de la SIP es importante cuando se trata de que la sociedad se entere de cómo estamos en materia de libertad de expresión, aunque en mi manera de pensar sería también conveniente incluir en dicho balance las acciones irresponsables de los periodistas y medios de comunicación que hacen mal uso de la libertad de expresión.

Y es que en todas partes abundan los periodistas que ignoran voluntariamente que su deber no es desinformar sino informar, y que su libertad termina cuando su pluma agrede de manera tendenciosa el derecho de los demás.

La libertad de expresión nos permite expresar y opinar sin miedo a las represalias de las personas y grupos que son evidenciados mediáticamente por sus supuestos ilícitos. Sin embargo, es importante que los llamados profesionales de la información le digan al público siempre la verdad, una situación que obliga a cada periodista a profundizar en sus investigaciones; su deber es recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar la información que resulte de su investigación.

Por ello es importante que los periodistas, del medio de comunicación que usted guste, estén revestidos de integridad, un valor que les permitirá realizar un trabajo de calidad y ganarse la confianza de las audiencias.

Hoy en día, la crisis más grande que afecta al periodismo no es la que se deriva de la falta de publicidad ni de los presupuestos insuficientes, ni siquiera la tendencia a la baja de los tirajes de ejemplares que salen diariamente a la venta (tiradas o tirajes), sino la crisis de credibilidad. Los medios de comunicación de hoy tienen la obligación de adaptarse a la nueva realidad digital, así como el deber de hablarles a las audiencias siempre con la verdad.

De un tiempo a la fecha se ha venido trabajando en el combate a la desinformación, término que se refiere a los “intentos deliberados (a menudo orquestados) de confundir o manipular a las personas mediante la entrega de información deshonesta”, afirman los autores del libro “Periodismo, “noticias falsas” & desinformación: manual de educación y capacitación en periodismo” (UNESCO, 2020).

Debe trabajarse más y mejor en lo que organismos como la UNESCO han venido haciendo en los últimos tiempos. Me refiero al fortalecimiento de la educación periodística, una situación en la que debemos involucrarnos todos, no sólo los periodistas y directivos de las empresas informativas. Tenemos que hacerlo con absoluta responsabilidad, si es que realmente nos interesa detener la ola de noticias falsas que circulan en medios de comunicación en agravio del derecho del público a ser debidamente informado.

¿Qué necesita hacer el periodismo de hoy? Responde la UNESCO en la obra antes citada: “En este contexto, es hora de que los medios de comunicación se aproximen más a los estándares y la ética profesional, para evitar la publicación de información no verificada y tomar distancia de la información que puede interesar a parte del público, pero no es en interés pública".

Esto se debe hacer a la par de las acciones que demanda la SIP en lo relativo al compromiso por la libertad de prensa y la sustentabilidad de los medios, así como la denuncia de toda violación en agravio de la libertad de expresión.

Twitter: @armayacastro