/ domingo 12 de abril de 2020

Condiciones para levantar la cuarentena

El pasado sábado 11 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que, desde su aparición en diciembre de 2019 a la fecha, el Covid-19 ha causado en el mundo la muerte de casi 110 mil personas.

La cifra es indicativa del daño que esta enfermedad ha causado a los seres humanos, muchos de los cuales viven dominados por el miedo, esa sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro que no es imaginario, sino real, y que en algunos casos termina paralizándonos.

El panorama para el mundo luce sombrío, sobre todo si tomamos en cuenta que en algunas naciones la reacción de los gobernantes y gobernados no ha estado a la altura de la amenaza que representa el Covid-19, la pandemia más grave de la historia reciente.

Lamentablemente, los gobiernos de algunas naciones están más preocupados por su economía interna que por los contagiados y las víctimas fatales que está dejando el coronavirus. Este afán ocasionó que el virus se comportara de manera más violeta en países como Italia y España, y actualmente en el Reino Unido.

Begoña Arce, en un texto publicado en El Periódico de Catalunya, señala que el pasado viernes “el Reino Unido perdía a casi mil personas en un solo día a causa del coronavirus”. Un dato que llama la atención es que la periodista afirma que las actuales medidas de confinamiento permiten hacer fuera de casa una hora de ejercicio al día.

Ante la postura del gobierno, que asegura actuar siguiendo “la ciencia”, la periodista señala que “la orden de confinamiento se dio más tarde que en otros países, cuando el contagio ya era imparable, después de buscarlo en un primer momento”.

En Estados Unidos, el coronavirus ha creado una crisis sanitaria de enormes proporciones. El pasado sábado se convirtió en el país con más muertos por coronavirus en el mundo: 20 mil 300 en total.

Tan solo en Nueva York, la ciudad más grande del vecino país del norte, y una de las más pobladas del mundo, han perdido la vida 8 mil 627 personas a causa del coronavirus. En busca de disminuir el perjudicial avance del virus, el alcalde Bill de Blasio anunció el sábado pasado el cierre de colegios públicos de la Urbe de Hierro durante el resto del año escolar.

Esta megalópolis de alta densidad poblacional cumple “con todos los prerrequisitos para sostener la hipótesis de que sería golpeado con mucha dureza", ha dicho Irwin Redlener, profesor de Mailman School of Public Health de la Universidad de Columbia.

El doctor Redlener, que también es director del Centro Nacional de Preparación de desastres, dijo que la enfermedad "está afectando a los trabajadores de la salud de primera línea, que son probablemente el grupo de mayor riesgo. Son como las tropas de combate en el frente de una guerra".

Algo similar sucede en Italia, donde el Covid-19 se ha ensañado con todas las esferas de la sociedad, dejando un total de 19 mil 468 víctimas fatales, 100 de los cuales eran médicos. Cómo olvidar las imágenes desgarradoras que hace unas semanas le dieron la vuelta al mundo: un convoy de camiones del Ejército que salió de Bérgamo, transportando cadáveres para ser cremados en otras urbes italianas. En ese país hoy se habla de crematorios desbordados, panteones sin espacio y servicios funerarios prohibidos.

No es la primera vez que Italia sufre por causa de una epidemia. En el pasado fue asolada por la peste bubónica entre los años 1347 y 1350. El estremecedor relato de Agnolo di Tura, citado por Ole J. Benedictow, en su libro La Peste Negra, 1346-1353, lo dice todo:

“El padre abandonaba al hijo, la esposa al marido, y un hermano a otro, pues la enfermedad parecía afectar por medio del aliento y la mirada. Y así es como morían. Y no se podía encontrar a nadie que sepultara a los enfermos por dinero ni por amistad. Los miembros de un hogar llevaban a sus difuntos muertos a una zanja lo mejor que podían, sin sacerdote ni oficios divinos. Tampoco las campanas doblaban a muerto. Y en muchos lugares de Siena se cavaron grandes fosas y se llenaron hasta una gran profundidad debido a la multitud de fallecidos […]”.

Aunque el daño ocasionado por el coronavirus no ha alcanzado tal dimensión, conviene que los gobiernos del mundo atiendan el llamado de la Organización Mundial de la Salud, que ha establecido las siguientes seis condiciones para levantar la cuarentena: controlar la transmisión del virus; garantizar la disponibilidad de salud pública y cuidados; minimizar el riesgo en entornos expuestos, como establecimientos sanitarios permanentes; poner en marcha medidas de prevención en el trabajo, en las escuelas y otros lugares de alta frecuentación; controlar el riesgo de casos importados; responsabilizar a la población.

Twitter: @armayacastro

El pasado sábado 11 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que, desde su aparición en diciembre de 2019 a la fecha, el Covid-19 ha causado en el mundo la muerte de casi 110 mil personas.

La cifra es indicativa del daño que esta enfermedad ha causado a los seres humanos, muchos de los cuales viven dominados por el miedo, esa sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro que no es imaginario, sino real, y que en algunos casos termina paralizándonos.

El panorama para el mundo luce sombrío, sobre todo si tomamos en cuenta que en algunas naciones la reacción de los gobernantes y gobernados no ha estado a la altura de la amenaza que representa el Covid-19, la pandemia más grave de la historia reciente.

Lamentablemente, los gobiernos de algunas naciones están más preocupados por su economía interna que por los contagiados y las víctimas fatales que está dejando el coronavirus. Este afán ocasionó que el virus se comportara de manera más violeta en países como Italia y España, y actualmente en el Reino Unido.

Begoña Arce, en un texto publicado en El Periódico de Catalunya, señala que el pasado viernes “el Reino Unido perdía a casi mil personas en un solo día a causa del coronavirus”. Un dato que llama la atención es que la periodista afirma que las actuales medidas de confinamiento permiten hacer fuera de casa una hora de ejercicio al día.

Ante la postura del gobierno, que asegura actuar siguiendo “la ciencia”, la periodista señala que “la orden de confinamiento se dio más tarde que en otros países, cuando el contagio ya era imparable, después de buscarlo en un primer momento”.

En Estados Unidos, el coronavirus ha creado una crisis sanitaria de enormes proporciones. El pasado sábado se convirtió en el país con más muertos por coronavirus en el mundo: 20 mil 300 en total.

Tan solo en Nueva York, la ciudad más grande del vecino país del norte, y una de las más pobladas del mundo, han perdido la vida 8 mil 627 personas a causa del coronavirus. En busca de disminuir el perjudicial avance del virus, el alcalde Bill de Blasio anunció el sábado pasado el cierre de colegios públicos de la Urbe de Hierro durante el resto del año escolar.

Esta megalópolis de alta densidad poblacional cumple “con todos los prerrequisitos para sostener la hipótesis de que sería golpeado con mucha dureza", ha dicho Irwin Redlener, profesor de Mailman School of Public Health de la Universidad de Columbia.

El doctor Redlener, que también es director del Centro Nacional de Preparación de desastres, dijo que la enfermedad "está afectando a los trabajadores de la salud de primera línea, que son probablemente el grupo de mayor riesgo. Son como las tropas de combate en el frente de una guerra".

Algo similar sucede en Italia, donde el Covid-19 se ha ensañado con todas las esferas de la sociedad, dejando un total de 19 mil 468 víctimas fatales, 100 de los cuales eran médicos. Cómo olvidar las imágenes desgarradoras que hace unas semanas le dieron la vuelta al mundo: un convoy de camiones del Ejército que salió de Bérgamo, transportando cadáveres para ser cremados en otras urbes italianas. En ese país hoy se habla de crematorios desbordados, panteones sin espacio y servicios funerarios prohibidos.

No es la primera vez que Italia sufre por causa de una epidemia. En el pasado fue asolada por la peste bubónica entre los años 1347 y 1350. El estremecedor relato de Agnolo di Tura, citado por Ole J. Benedictow, en su libro La Peste Negra, 1346-1353, lo dice todo:

“El padre abandonaba al hijo, la esposa al marido, y un hermano a otro, pues la enfermedad parecía afectar por medio del aliento y la mirada. Y así es como morían. Y no se podía encontrar a nadie que sepultara a los enfermos por dinero ni por amistad. Los miembros de un hogar llevaban a sus difuntos muertos a una zanja lo mejor que podían, sin sacerdote ni oficios divinos. Tampoco las campanas doblaban a muerto. Y en muchos lugares de Siena se cavaron grandes fosas y se llenaron hasta una gran profundidad debido a la multitud de fallecidos […]”.

Aunque el daño ocasionado por el coronavirus no ha alcanzado tal dimensión, conviene que los gobiernos del mundo atiendan el llamado de la Organización Mundial de la Salud, que ha establecido las siguientes seis condiciones para levantar la cuarentena: controlar la transmisión del virus; garantizar la disponibilidad de salud pública y cuidados; minimizar el riesgo en entornos expuestos, como establecimientos sanitarios permanentes; poner en marcha medidas de prevención en el trabajo, en las escuelas y otros lugares de alta frecuentación; controlar el riesgo de casos importados; responsabilizar a la población.

Twitter: @armayacastro