/ viernes 22 de mayo de 2020

¿Cómo vamos a regresar?

Si la cultura no da, ni se acerca siquiera a la autosustentabilidad ¿cómo podrá regresar a funcionar en junio o julio?

Además de todo lo que existía en la normalidad pre Covid, ahora se sumarán la desaparición de apoyos federales y la existencia de un colectivo cultural que, igual que el resto de los colectivos en La Laguna, no tienen dinero para invertir en adecuaciones a espacios, no sabe en qué consistirán realmente los nuevos protocolos y no está preparado para nuevas formas de financiamiento.

Ejemplo concreto: Plan B es un foro escénico para más o menos 60 personas, si se abre para un tercio o un cincuenta por ciento a 70 pesos por boleto, la compañía que quiera rentar el sitio de la calle González Ortega tendrá que ver muchas alternativas antes de cerrar el trato.

La cultura oficial también tendrá problemas y la cultura patrocinada por instituciones educativas tendrán hasta septiembre para pensar bien las cosas, quizá para repetir experiencias excepcionales como la que se dio en la escuela de arquitectura de la UAdeC, que hace unos años albergó al taller de grabado "El Chanate".

Sé que se tendrá que ejercitar la imaginación como punto de partida para la llamada nueva normalidad.

El tema no es tirar la toalla.

Hay alternativas para salir de esta crisis, o para navegar en ella y no ahogarse.

El tema es cómo hacerlo.

La cultura es un punto sensible en cualquier sociedad, pero también es el talón de Aquiles que justifica la existencia misma de una civilización.

Hay muchas frases que encajan muy bien en estos momentos de miedo colectivo, de desempleo masivo, de hambre, se puede acudir a Winston Churchill y no pasará nada.

Creo que será difícil volver a salir a la calle, programar temporadas de teatro, conciertos, conferencias o exposiciones, nadie puede negar el momento que vivimos. Pero también sé que saldremos adelante.

Será básico reunirse con los otros, entender que las poses románticas del enfant terrible están rebasadas por la historia. El protagonismo ahora será colectivo y con un verdadero compromiso social... o no será.

Si la cultura no da, ni se acerca siquiera a la autosustentabilidad ¿cómo podrá regresar a funcionar en junio o julio?

Además de todo lo que existía en la normalidad pre Covid, ahora se sumarán la desaparición de apoyos federales y la existencia de un colectivo cultural que, igual que el resto de los colectivos en La Laguna, no tienen dinero para invertir en adecuaciones a espacios, no sabe en qué consistirán realmente los nuevos protocolos y no está preparado para nuevas formas de financiamiento.

Ejemplo concreto: Plan B es un foro escénico para más o menos 60 personas, si se abre para un tercio o un cincuenta por ciento a 70 pesos por boleto, la compañía que quiera rentar el sitio de la calle González Ortega tendrá que ver muchas alternativas antes de cerrar el trato.

La cultura oficial también tendrá problemas y la cultura patrocinada por instituciones educativas tendrán hasta septiembre para pensar bien las cosas, quizá para repetir experiencias excepcionales como la que se dio en la escuela de arquitectura de la UAdeC, que hace unos años albergó al taller de grabado "El Chanate".

Sé que se tendrá que ejercitar la imaginación como punto de partida para la llamada nueva normalidad.

El tema no es tirar la toalla.

Hay alternativas para salir de esta crisis, o para navegar en ella y no ahogarse.

El tema es cómo hacerlo.

La cultura es un punto sensible en cualquier sociedad, pero también es el talón de Aquiles que justifica la existencia misma de una civilización.

Hay muchas frases que encajan muy bien en estos momentos de miedo colectivo, de desempleo masivo, de hambre, se puede acudir a Winston Churchill y no pasará nada.

Creo que será difícil volver a salir a la calle, programar temporadas de teatro, conciertos, conferencias o exposiciones, nadie puede negar el momento que vivimos. Pero también sé que saldremos adelante.

Será básico reunirse con los otros, entender que las poses románticas del enfant terrible están rebasadas por la historia. El protagonismo ahora será colectivo y con un verdadero compromiso social... o no será.