/ viernes 19 de junio de 2020

César Borgia, un personaje de contrastes en su personalidad

César Borgia, fue un personaje sumamente controvertido hace 500 años por los contrastes que tenía en lo individual, al igual que toda la familia Borgia, pues lo mismo se le admiró como maestro en las lides políticas y militares, como por la crueldad demostrada en diversas determinaciones, provocando odio y temor en sus contemporáneos.

Se asegura que Nicolás Maquiavelo lo tomó como modelo para su famosa obra “El Príncipe”, cuyas recomendaciones aún son tomadas en cuenta por no pocos gobernantes de nuestra época.

Nuestro personaje era hijo del cardenal Rodrigo Borja, quien luego llegó a ser el papa Alejandro VI; también engendró a otros dos hijos y según la historia de ese entonces, los escándalos públicos eran por lo regular atribuidos a esta familia.

Pero centrándonos en César Borgia, reiteramos que fue considerado un hombre brillante en sus diversas manifestaciones, pues demostró ser diestro en maniobras políticas y militares de gran audacia, significándose además por sus determinaciones de doblez, que provocaban lo mismo odio y temor en sus aliados.

Aclararemos inicialmente que César Borgia nació en Roma, en 1475, a diferencia de su padre que era de Valencia, España, cuando este era cardenal y vice-canciller de la Iglesia, teniendo éste como amante a una mujer identificada como Vannozza del Cattanei, la que también le dio otros dos hijos, la famosa Lucrecia Borgia y Juan de Borja y Cattanei, quien murió misteriosamente.

Iniciado para una carrera eclesiástica, César Borgia fue nombrado por su padre (recién ascendido al trono pontificio), arzobispo de Valencia en 1492, y un año más tarde cardenal.

A la muerte de su hermano menor, misteriosamente asesinado (según rumores por órdenes de César), se autonombró comandante del ejército papal, abandonando sus deberes religiosos para dedicarse a la milicia.

En 1498 se casó con Charlotte d’Albert, hermana del rey Luis XII de Francia y del reinado de Navarra, España, quien le confirió el título de duque de Valentinois, lo que le valió el apodo de “El Valentino”.

Con la ayuda de tropas francesas en 1499 ocupó tierras pontificias en manos de importantes terratenientes italianos, conquistando La Romaña, Imola y Forli; dos años después recuperó Rimini, Pasaro, Faenza, Urbino, Camerino y Senigallia. Fue en esta última campaña que Maquiavelo pudo observar los métodos del hombre que le serviría como modelo.

Confrontado con la conspiración de algunos de sus comandantes, César logró rehacer su ejército con la ayuda de fondos papales y desbaratar la conjura por medios diplomáticos, llamando entonces a todos los conspiradores a una cita de reconciliación, pero al hacerse presentes los desconoció como jefes y los arrestó, para en seguida ser asesinados.

Sin embargo, estando César en lo alto de sus éxitos, la muerte de su padre en 1502, no pudo impedir la elección del papa Julio II, su enemigo declarado, por lo que se vio obligado a entregar sus fortalezas y huir a Nápoles, donde fue hecho prisionero y deportado a España; logró escapar de sus captores para unirse a las fuerzas de su cuñado, el rey de Navarra, pero fue muerto en una batalla en 1507.

La familia Borgia han pasado a la historia por los escándalos en los que ellos fueron realizadores, comenzando por Rodrigo de Borja, padre de César, Lucrecia y Juan Borgia, a quienes se les atribuyen orgías, hijos ilegítimos, incesto, fraticidio, misteriosos venenos que no dejaban huella, asesinatos de todo tipo, intrigas y corruptelas de toda clase.

Sin embargo, hay historiadores que los exculpan, dándoles un lugar en la historia por su talento militar (en el caso de César), especialmente en la recuperación de inmensos territorios que estaban en poder de señores de grandes latifundios, cuyas hazañas fueron por encargo de su padre, el papa Alejandro VI.

También se le atribuyen al papa Alejandro VI acciones encomiables, como fomentar el culto a la Virgen María y a su madre, Santa Ana; haber incorporado el rezo del Ángelus a las oraciones diarias, y el encargo de “La Pietá” al famoso escultor Miguel Ángel, así como apoyar a la Universidad de la Sapienza, donde Copérnico impartía clases durante su pontificado.

Sin embargo, es usted, amable lector, quien tiene la palabra en todo esto.

¡Hasta la próxima!

César Borgia, fue un personaje sumamente controvertido hace 500 años por los contrastes que tenía en lo individual, al igual que toda la familia Borgia, pues lo mismo se le admiró como maestro en las lides políticas y militares, como por la crueldad demostrada en diversas determinaciones, provocando odio y temor en sus contemporáneos.

Se asegura que Nicolás Maquiavelo lo tomó como modelo para su famosa obra “El Príncipe”, cuyas recomendaciones aún son tomadas en cuenta por no pocos gobernantes de nuestra época.

Nuestro personaje era hijo del cardenal Rodrigo Borja, quien luego llegó a ser el papa Alejandro VI; también engendró a otros dos hijos y según la historia de ese entonces, los escándalos públicos eran por lo regular atribuidos a esta familia.

Pero centrándonos en César Borgia, reiteramos que fue considerado un hombre brillante en sus diversas manifestaciones, pues demostró ser diestro en maniobras políticas y militares de gran audacia, significándose además por sus determinaciones de doblez, que provocaban lo mismo odio y temor en sus aliados.

Aclararemos inicialmente que César Borgia nació en Roma, en 1475, a diferencia de su padre que era de Valencia, España, cuando este era cardenal y vice-canciller de la Iglesia, teniendo éste como amante a una mujer identificada como Vannozza del Cattanei, la que también le dio otros dos hijos, la famosa Lucrecia Borgia y Juan de Borja y Cattanei, quien murió misteriosamente.

Iniciado para una carrera eclesiástica, César Borgia fue nombrado por su padre (recién ascendido al trono pontificio), arzobispo de Valencia en 1492, y un año más tarde cardenal.

A la muerte de su hermano menor, misteriosamente asesinado (según rumores por órdenes de César), se autonombró comandante del ejército papal, abandonando sus deberes religiosos para dedicarse a la milicia.

En 1498 se casó con Charlotte d’Albert, hermana del rey Luis XII de Francia y del reinado de Navarra, España, quien le confirió el título de duque de Valentinois, lo que le valió el apodo de “El Valentino”.

Con la ayuda de tropas francesas en 1499 ocupó tierras pontificias en manos de importantes terratenientes italianos, conquistando La Romaña, Imola y Forli; dos años después recuperó Rimini, Pasaro, Faenza, Urbino, Camerino y Senigallia. Fue en esta última campaña que Maquiavelo pudo observar los métodos del hombre que le serviría como modelo.

Confrontado con la conspiración de algunos de sus comandantes, César logró rehacer su ejército con la ayuda de fondos papales y desbaratar la conjura por medios diplomáticos, llamando entonces a todos los conspiradores a una cita de reconciliación, pero al hacerse presentes los desconoció como jefes y los arrestó, para en seguida ser asesinados.

Sin embargo, estando César en lo alto de sus éxitos, la muerte de su padre en 1502, no pudo impedir la elección del papa Julio II, su enemigo declarado, por lo que se vio obligado a entregar sus fortalezas y huir a Nápoles, donde fue hecho prisionero y deportado a España; logró escapar de sus captores para unirse a las fuerzas de su cuñado, el rey de Navarra, pero fue muerto en una batalla en 1507.

La familia Borgia han pasado a la historia por los escándalos en los que ellos fueron realizadores, comenzando por Rodrigo de Borja, padre de César, Lucrecia y Juan Borgia, a quienes se les atribuyen orgías, hijos ilegítimos, incesto, fraticidio, misteriosos venenos que no dejaban huella, asesinatos de todo tipo, intrigas y corruptelas de toda clase.

Sin embargo, hay historiadores que los exculpan, dándoles un lugar en la historia por su talento militar (en el caso de César), especialmente en la recuperación de inmensos territorios que estaban en poder de señores de grandes latifundios, cuyas hazañas fueron por encargo de su padre, el papa Alejandro VI.

También se le atribuyen al papa Alejandro VI acciones encomiables, como fomentar el culto a la Virgen María y a su madre, Santa Ana; haber incorporado el rezo del Ángelus a las oraciones diarias, y el encargo de “La Pietá” al famoso escultor Miguel Ángel, así como apoyar a la Universidad de la Sapienza, donde Copérnico impartía clases durante su pontificado.

Sin embargo, es usted, amable lector, quien tiene la palabra en todo esto.

¡Hasta la próxima!