/ lunes 16 de noviembre de 2020

Apuntes | La región más transparente de todos

“Has venido a dar conmigo, sin saberlo, a esta meseta de joyas fúnebres. Aquí vivimos, en las calles se cruzan nuestros olores, nuestras carnes ociosas y tensas, jamás nuestras miradas. Aquí caímos. Qué le vamos a hacer. Aguantarnos, mano. A ver si algún día mis dedos tocan los tuyos. Ven, déjate caer conmigo en la cicatriz lunar de nuestra ciudad, ciudad puñado de alcantarillas, ciudad presencia de todos nuestros olvidos, ciudad del sol detenido, ciudad de fuego lento, ciudad con el agua al cuello, ciudad perro, suntuosa villa, ciudad lepra y cólera, hundida ciudad. Tuna incandescente. Águilas sin alas. Serpiente de estrellas. Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire. Carlos Fuentes. La región más transparente. Contraportada. ALFAGUARA MEX. Novena reimpresión julio 2015.

La región más transparente, fue un libro que leí en el 2016, justo en los primeros días del mes de febrero, acababa de leer y disfrutar, “Los años con Laura Díaz”, también escrito por Carlos Fuentes. La realidad es que jamás imaginé la complicidad y, sobre todo la similitud de ciertas páginas y capítulos con la realidad que hoy nos ocupa. Antes de proseguir, cada esfuerzo colectivo es en honor a los héroes y seres que han trascendido y dejado un legado para la posteridad en esta era que nos ha tocado vivir.

“Aguantarnos, mano. A ver si algún día mis dedos tocan los tuyos”. No se trata de una frase muy lejana a este horizonte que todos los días nos es complicado digerir, a cada día que observamos el sol y los ocasos que nos regala el creador sin duda que nos cuestionamos y, de paso cuestionamos al artífice de toda esta belleza material, sobre cuándo pasará. Qué día dejaremos de solo observar nuestros ojos y miradas, qué día volveremos a contemplar a plenitud al ente social y racional. Qué día pasarán estos días teñidos de zozobra e incertidumbre.

La región más transparente de todos, es esa que nos identifica como seres pensantes, como seres amantes, seres que tienen mucho que dar, seres que están esperando el día para ser mejores y que lo intentan a cada momento; el cual, será ese día cuando crucemos ese estrecho, pero largo camino y agotador de la espera.

La región más transparente de todos es esa que hemos sacado en momentos de apremio, momentos de ser empáticos con nuestro semejante, con el que necesita un diálogo reconfortador y saber que no está solo. Esa es la verdadera región más transparente de todos nosotros los mortales.

Concluyo mi columna con una reflexión que el mismo Carlos Fuentes citó en este libro: “La novela como se sabe, está fundada en una estructura muy parecida a la sociedad que describo: es chiclosa, a medio cocinar, deforme. Caótica como la sociedad de México. (Carlos Fuentes. La región más transparente, Julio 2015. Alfaguara Mex).

¡Gracias y que Dios les bendiga!

“Has venido a dar conmigo, sin saberlo, a esta meseta de joyas fúnebres. Aquí vivimos, en las calles se cruzan nuestros olores, nuestras carnes ociosas y tensas, jamás nuestras miradas. Aquí caímos. Qué le vamos a hacer. Aguantarnos, mano. A ver si algún día mis dedos tocan los tuyos. Ven, déjate caer conmigo en la cicatriz lunar de nuestra ciudad, ciudad puñado de alcantarillas, ciudad presencia de todos nuestros olvidos, ciudad del sol detenido, ciudad de fuego lento, ciudad con el agua al cuello, ciudad perro, suntuosa villa, ciudad lepra y cólera, hundida ciudad. Tuna incandescente. Águilas sin alas. Serpiente de estrellas. Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire. Carlos Fuentes. La región más transparente. Contraportada. ALFAGUARA MEX. Novena reimpresión julio 2015.

La región más transparente, fue un libro que leí en el 2016, justo en los primeros días del mes de febrero, acababa de leer y disfrutar, “Los años con Laura Díaz”, también escrito por Carlos Fuentes. La realidad es que jamás imaginé la complicidad y, sobre todo la similitud de ciertas páginas y capítulos con la realidad que hoy nos ocupa. Antes de proseguir, cada esfuerzo colectivo es en honor a los héroes y seres que han trascendido y dejado un legado para la posteridad en esta era que nos ha tocado vivir.

“Aguantarnos, mano. A ver si algún día mis dedos tocan los tuyos”. No se trata de una frase muy lejana a este horizonte que todos los días nos es complicado digerir, a cada día que observamos el sol y los ocasos que nos regala el creador sin duda que nos cuestionamos y, de paso cuestionamos al artífice de toda esta belleza material, sobre cuándo pasará. Qué día dejaremos de solo observar nuestros ojos y miradas, qué día volveremos a contemplar a plenitud al ente social y racional. Qué día pasarán estos días teñidos de zozobra e incertidumbre.

La región más transparente de todos, es esa que nos identifica como seres pensantes, como seres amantes, seres que tienen mucho que dar, seres que están esperando el día para ser mejores y que lo intentan a cada momento; el cual, será ese día cuando crucemos ese estrecho, pero largo camino y agotador de la espera.

La región más transparente de todos es esa que hemos sacado en momentos de apremio, momentos de ser empáticos con nuestro semejante, con el que necesita un diálogo reconfortador y saber que no está solo. Esa es la verdadera región más transparente de todos nosotros los mortales.

Concluyo mi columna con una reflexión que el mismo Carlos Fuentes citó en este libro: “La novela como se sabe, está fundada en una estructura muy parecida a la sociedad que describo: es chiclosa, a medio cocinar, deforme. Caótica como la sociedad de México. (Carlos Fuentes. La región más transparente, Julio 2015. Alfaguara Mex).

¡Gracias y que Dios les bendiga!