/ miércoles 25 de noviembre de 2020

APUNTES   I    ¿Por qué no hemos reconocido el valor de la mujer?

La violencia en contra del mal llamado “sexo opuesto”, que dicho sea de paso, es en este tipo de expresiones donde se gestan actitudes y acciones que violentan, vulneran y opacan los derechos que tiene la mujer, no se debe seguir permitiendo en ninguna de las trincheras donde nos desenvolvemos de manera profesional. En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la mujer, se cumplen 39 años este miércoles 25 de noviembre del presente año de conmemorarse una fecha más de este acontecimiento que se instauró en Colombia en el año 1981.

La Violencia contra la mujer no solo radica en una acción de contacto físico o verbal y psicológico, parte desde el no tomarlas en cuenta e incidir en prácticas ancestrales que equívocamente hemos aprendido a lo largo de nuestro desarrollo; desde el punto de vista periodístico, desde las redacciones y metodologías de trabajo, desde los encabezados que a diario se socializan a través de un sinfín mecanismos de comunicación; desde ahí también se puede ejercer la violencia contra la mujer.

Tania Verónica Díaz Chávez, socióloga de profesión que actualmente labora en el área de Enlace Fortaseg de Seguridad Pública del Municipio de Gómez Palacio, y, además es parte de la Red de Mujeres, una asociación que brinda asesoría y acompañamiento a mujeres violentadas en la Comarca Lagunera, parafraseó sobre este concepto del ‘Feminismo’: el feminismo debe ser Anticapitalista, anticolonialista y antirracista.

Al no mencionarlas, al no citarlas, al no escribir de manera íntegra sus nombres; de esa manera estamos ejerciendo una violencia sutil, quizás silenciosa, pero finalmente es una clase de violencia que a través de las décadas ha permeado en el escenario social, político y cultural en nuestro país.

Por qué seguimos sin nombrar con todas sus letras la profesión de cada mujer que se desempeña en el terreno profesional, aquí algunos ejemplos; a quien se graduó con honores en Física cuántica, debemos decirla la ‘física’, quien se desempeña al frente de alguna corporación de seguridad y tiene un grado como ‘Tenienta’, así es como es correcto mencionarle y llamarla, no subordinarla a decirle ‘la Teniente María Luisa Hernández Gómez’. Pilota, Obispa, Fiscala, Sargenta, Alfarera, Médica, Ingeniera, Aviadora, Rectora, Arzobispa, Jueza, Regenta, Abogada, Fiscala; sin un sinfín de ejemplos que podemos ir tomando en cuenta con forma de corregir nuestra percepción y manera de dirigirnos a ella, y que sin lugar puede resarcir ese enorme vacío de reconocimiento al papel que desempeñan hoy en día en nuestra sociedad.

Ariadne Lamont, directora de Incidencia y Acompañamiento a Víctimas del INCIDEFEM, destacó en una entrevista que de nada sirve que las leyes o iniciativas que los y las legisladoras promueven suenen ‘rimbombantes’ si en el campo de la práctica tienen un nulo efecto, no sirven de nada, de nada aportan a la erradicación de la violencia.

La pregunta es: por qué al hombre le cuesta reconocer el papel que desempeña la mujer, no solo nos referimos al pila que representa en el seno familiar, sino a todo ese cúmulo de virtudes que reúnen y que su capacidad está cien por ciento comprobada, no por el mismo hombre, sino incuso ya hasta con una connotación bíblica.

La Mujer, no debe ser esclava de los demonios del hombre, la mujer, bíblicamente, tiene su rol en la humanidad, digno, justo y con un equilibrio divino. La Mujer es una ayuda idónea, y sí el creador así lo determinó desde su creación, desde ya reconozcamos y sumemos a la causa; a esa ayuda idónea que representa y démosle el valor y, la dimensión que verdaderamente es.

¡Gracias, y que Dios les bendiga!

La violencia en contra del mal llamado “sexo opuesto”, que dicho sea de paso, es en este tipo de expresiones donde se gestan actitudes y acciones que violentan, vulneran y opacan los derechos que tiene la mujer, no se debe seguir permitiendo en ninguna de las trincheras donde nos desenvolvemos de manera profesional. En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la mujer, se cumplen 39 años este miércoles 25 de noviembre del presente año de conmemorarse una fecha más de este acontecimiento que se instauró en Colombia en el año 1981.

La Violencia contra la mujer no solo radica en una acción de contacto físico o verbal y psicológico, parte desde el no tomarlas en cuenta e incidir en prácticas ancestrales que equívocamente hemos aprendido a lo largo de nuestro desarrollo; desde el punto de vista periodístico, desde las redacciones y metodologías de trabajo, desde los encabezados que a diario se socializan a través de un sinfín mecanismos de comunicación; desde ahí también se puede ejercer la violencia contra la mujer.

Tania Verónica Díaz Chávez, socióloga de profesión que actualmente labora en el área de Enlace Fortaseg de Seguridad Pública del Municipio de Gómez Palacio, y, además es parte de la Red de Mujeres, una asociación que brinda asesoría y acompañamiento a mujeres violentadas en la Comarca Lagunera, parafraseó sobre este concepto del ‘Feminismo’: el feminismo debe ser Anticapitalista, anticolonialista y antirracista.

Al no mencionarlas, al no citarlas, al no escribir de manera íntegra sus nombres; de esa manera estamos ejerciendo una violencia sutil, quizás silenciosa, pero finalmente es una clase de violencia que a través de las décadas ha permeado en el escenario social, político y cultural en nuestro país.

Por qué seguimos sin nombrar con todas sus letras la profesión de cada mujer que se desempeña en el terreno profesional, aquí algunos ejemplos; a quien se graduó con honores en Física cuántica, debemos decirla la ‘física’, quien se desempeña al frente de alguna corporación de seguridad y tiene un grado como ‘Tenienta’, así es como es correcto mencionarle y llamarla, no subordinarla a decirle ‘la Teniente María Luisa Hernández Gómez’. Pilota, Obispa, Fiscala, Sargenta, Alfarera, Médica, Ingeniera, Aviadora, Rectora, Arzobispa, Jueza, Regenta, Abogada, Fiscala; sin un sinfín de ejemplos que podemos ir tomando en cuenta con forma de corregir nuestra percepción y manera de dirigirnos a ella, y que sin lugar puede resarcir ese enorme vacío de reconocimiento al papel que desempeñan hoy en día en nuestra sociedad.

Ariadne Lamont, directora de Incidencia y Acompañamiento a Víctimas del INCIDEFEM, destacó en una entrevista que de nada sirve que las leyes o iniciativas que los y las legisladoras promueven suenen ‘rimbombantes’ si en el campo de la práctica tienen un nulo efecto, no sirven de nada, de nada aportan a la erradicación de la violencia.

La pregunta es: por qué al hombre le cuesta reconocer el papel que desempeña la mujer, no solo nos referimos al pila que representa en el seno familiar, sino a todo ese cúmulo de virtudes que reúnen y que su capacidad está cien por ciento comprobada, no por el mismo hombre, sino incuso ya hasta con una connotación bíblica.

La Mujer, no debe ser esclava de los demonios del hombre, la mujer, bíblicamente, tiene su rol en la humanidad, digno, justo y con un equilibrio divino. La Mujer es una ayuda idónea, y sí el creador así lo determinó desde su creación, desde ya reconozcamos y sumemos a la causa; a esa ayuda idónea que representa y démosle el valor y, la dimensión que verdaderamente es.

¡Gracias, y que Dios les bendiga!