/ martes 21 de diciembre de 2021

Aguas Profundas | Los neocharros

En el sindicato petrolero, ese que agrupa a 90 mil trabajadores, las cosas están muy claras, seguirán los procesos negociados con la STPS porque es la manera que tienen de mantener el control dentro de Pemex a pesar de los grupos que se están presentando alrededor de la Secretaría General.

El más rudo es el caso de Jorge Hernández Lira, adversario del grupo de Carlos Romero Deschamps, y no dudo en usar documentos apócrifos para hacer aparecer que daba cumplimiento a los estatutos del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y simuló una convención nacional ordinaria el 19 y 29 de octubre de 2012 de la que, dijo, resultó electo como líder del CEN.

Con esos documentos, Hernández Lira, con un escrito del 5 de noviembre de 2012, solicitó a la STPS su toma de nota, misma que le fue negada el 16 de noviembre; se fue a pleito y el 23 de enero del 2019 perdió de manera definitiva y se l formuló una denuncia ante la entonces PGR, en la Fiscalía Especializada en

Investigación de Delitos Ambientales y Previstos en Leyes Federales.

Más aún, se le acusó como probable responsable en la comisión de un delito y un juez libró orden de aprehensión en su contra, fue ejecutada y le dictaron auto de formal prisión. Hernández Lira siguió el proceso en libertad porque salió bajo fianza.

Al final, su sentencia del 26 de agosto de 2016 fue de seis meses de prisión, 10 días de salario y la suspensión en sus derechos civiles y políticos. Él interpuso un recurso de apelación y el 13 de enero de 2017 se la confirmaron.

No se detuvo, Hernández Lira promovió un amparo directo, en el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, que el 29 de junio de 2017 le negó de nuevo el amparo y la protección de la justicia federal.

Al final, sin otra alternativa, tuvo que cumplir la sentencia condenatoria que le fue dictada, acogiéndose a los beneficios que le fueran concedidos por el Juez de su causa.

Hoy está de regreso, con los mismos papeles, la misma asamblea y, al parecer nuevos patrocinadores.

En el caso de la CFE las cosas con su sindicato no son tan buenas como quieren hacer parecer.

Hoy se tiene impresión de que la reforma eléctrica es ideal para los sindicatos, tanto para el SUTERM, de Víctor Fuentes, como al SME, de Martín Esparza, (que agremia a los trabajadores de la extinta LyFC).

El apoyo cuesta, Esparza fue investigado por la UIF, pero ahora aseguró que apoyarán la reforma eléctrica, incluso, con movimientos sociales ¿Será suficiente?

Otro gran aliado es Napoleón Gómez Urrutia, el senador que prometió impulsar la desclasificación del expediente de la extinción de LyFC para dar a conocer lo hecho por el gobierno de Felipe Calderón. Nadie lo ha visto.

Gómez Urrutia anunció en febrero de 2019 la creación de la Confederación Sindical Internacional Democrática de México para desbancar la CTM, no hay nada.

El SUTERM defiende la reforma del brazo de Manuel Bartlett y aseguró que estrecharán lazos con el sindicato. Hace unas semanas parecía que el único sindicato sin una alianza clara con la 4T era el petrolero a pesar de la salida desde 2019 de Romero Deschamps.

Juntos tienen 174 mil afiliados, más familias. Si hay un regreso al pasado es porque eran la maquinaria perfecta para el voto duro y estaban subordinados a la voluntad del presidente. ¿Suena familiar?


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En el sindicato petrolero, ese que agrupa a 90 mil trabajadores, las cosas están muy claras, seguirán los procesos negociados con la STPS porque es la manera que tienen de mantener el control dentro de Pemex a pesar de los grupos que se están presentando alrededor de la Secretaría General.

El más rudo es el caso de Jorge Hernández Lira, adversario del grupo de Carlos Romero Deschamps, y no dudo en usar documentos apócrifos para hacer aparecer que daba cumplimiento a los estatutos del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y simuló una convención nacional ordinaria el 19 y 29 de octubre de 2012 de la que, dijo, resultó electo como líder del CEN.

Con esos documentos, Hernández Lira, con un escrito del 5 de noviembre de 2012, solicitó a la STPS su toma de nota, misma que le fue negada el 16 de noviembre; se fue a pleito y el 23 de enero del 2019 perdió de manera definitiva y se l formuló una denuncia ante la entonces PGR, en la Fiscalía Especializada en

Investigación de Delitos Ambientales y Previstos en Leyes Federales.

Más aún, se le acusó como probable responsable en la comisión de un delito y un juez libró orden de aprehensión en su contra, fue ejecutada y le dictaron auto de formal prisión. Hernández Lira siguió el proceso en libertad porque salió bajo fianza.

Al final, su sentencia del 26 de agosto de 2016 fue de seis meses de prisión, 10 días de salario y la suspensión en sus derechos civiles y políticos. Él interpuso un recurso de apelación y el 13 de enero de 2017 se la confirmaron.

No se detuvo, Hernández Lira promovió un amparo directo, en el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, que el 29 de junio de 2017 le negó de nuevo el amparo y la protección de la justicia federal.

Al final, sin otra alternativa, tuvo que cumplir la sentencia condenatoria que le fue dictada, acogiéndose a los beneficios que le fueran concedidos por el Juez de su causa.

Hoy está de regreso, con los mismos papeles, la misma asamblea y, al parecer nuevos patrocinadores.

En el caso de la CFE las cosas con su sindicato no son tan buenas como quieren hacer parecer.

Hoy se tiene impresión de que la reforma eléctrica es ideal para los sindicatos, tanto para el SUTERM, de Víctor Fuentes, como al SME, de Martín Esparza, (que agremia a los trabajadores de la extinta LyFC).

El apoyo cuesta, Esparza fue investigado por la UIF, pero ahora aseguró que apoyarán la reforma eléctrica, incluso, con movimientos sociales ¿Será suficiente?

Otro gran aliado es Napoleón Gómez Urrutia, el senador que prometió impulsar la desclasificación del expediente de la extinción de LyFC para dar a conocer lo hecho por el gobierno de Felipe Calderón. Nadie lo ha visto.

Gómez Urrutia anunció en febrero de 2019 la creación de la Confederación Sindical Internacional Democrática de México para desbancar la CTM, no hay nada.

El SUTERM defiende la reforma del brazo de Manuel Bartlett y aseguró que estrecharán lazos con el sindicato. Hace unas semanas parecía que el único sindicato sin una alianza clara con la 4T era el petrolero a pesar de la salida desde 2019 de Romero Deschamps.

Juntos tienen 174 mil afiliados, más familias. Si hay un regreso al pasado es porque eran la maquinaria perfecta para el voto duro y estaban subordinados a la voluntad del presidente. ¿Suena familiar?


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